
El 7 de mayo se celebrará uno de los eventos más decisivos de la Iglesia Católica: el cónclave papal. Con la Capilla Sixtina como telón de fondo, 133 cardenales de 71 países se reunirán para elegir al nuevo pontífice tras la muerte del papa Francisco. Más allá de los rituales milenarios, el proceso revela una pugna silenciosa por el rumbo moral, geopolítico y doctrinal del catolicismo.
Los nombres más mencionados —algunos con experiencia diplomática, otros con posturas reformistas o de fuerte arraigo social— apuntan a una Iglesia que aún se debate entre la tradición y la apertura. En este contexto, México vuelve a tener presencia con dos electores de peso: Carlos Aguiar Retes y José Francisco Robles.
Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano y figura central del papado de Francisco, aparece como uno de los principales contendientes. A sus 70 años, el cardenal italiano ha sido clave en negociaciones internacionales, como el diálogo entre Israel y Palestina o la apertura con Vietnam. Representa una continuidad diplomática y eclesial.
Otro nombre fuerte es el del filipino Luis Antonio Tagle, de 67 años, prefecto del Dicasterio para la Evangelización de los Pueblos. Defensor de un lenguaje más inclusivo dentro de la Iglesia, ha cuestionado el trato hacia minorías como homosexuales o madres solteras. Con doctorado en teología y experiencia en misiones globales, Tagle simboliza el rostro progresista del catolicismo asiático.
Desde África, Fridolin Ambongo Besungu ha ganado protagonismo como voz crítica ante la violencia y la crisis política en la República Democrática del Congo. A sus 64 años, representa una iglesia que acompaña procesos sociales en regiones vulnerables. Su perfil pastoral y su presencia en el Consejo de Cardenales lo colocan entre los candidatos emergentes.
Por Italia también figura Matteo Zuppi, de 70 años, actual juez del Tribunal Supremo del Vaticano. Conocido por su trabajo en barrios marginados y su sensibilidad ante migrantes, adultos mayores y personas sin hogar, ha evitado posturas doctrinales rígidas en temas como aborto o eutanasia, lo cual podría favorecer su perfil conciliador.
México tendrá presencia con Carlos Aguiar Retes, de 75 años, designado cardenal en 2016 por el papa Francisco. Como Arzobispo Primado de México, ha respaldado posturas progresistas como el reconocimiento familiar a personas LGBT+, aunque se ha manifestado en contra del aborto, calificándolo como “una salida falsa”.
Junto a él estará José Francisco Robles, de 76 años, arzobispo de Guadalajara y cardenal desde 2007. De línea más conservadora, fue nombrado por Benedicto XVI y participó en la elección del papa Francisco en 2013. Aunque también se ha mostrado abierto al reconocimiento de derechos civiles, mantiene posturas tradicionales en materia doctrinal.
Con candidatos de todos los continentes y agendas divergentes, el próximo papa deberá enfrentar desafíos profundos: el rezago de fieles en Occidente, los escándalos por abusos sexuales, el papel de la mujer en la Iglesia y la tensión entre apertura pastoral y disciplina doctrinal.
Lo que ocurra tras las puertas cerradas del cónclave podría redibujar el liderazgo moral global de la Iglesia. Y esta vez, el equilibrio podría inclinarse hacia el sur del planeta. N
Con información de Animal Político.