
La conciencia por comer sano retorna tras el maratón Guadalupe-Reyes, pero es muy importante saber cómo corregir los malos hábitos de alimentación.
LLEGÓ ENERO y el propósito más solicitado es bajar de peso. Pero a muchas personas no les importa el método ni la forma, solo lograrlo, aunque expongan su salud y su vida con tal de hacer del propósito una peligrosa realidad.
¡Tamales, pavo relleno, pierna al horno, buñuelos, galletas, pastel de frutas, caramelos, nueces, chocolates y alcohol!
Es casi imposible que alguien se resista a todos estos manjares.
Llegó la Navidad y desapareció la conciencia saludable. A esto se le conoce como amnesia navideña.
En México y Latinoamérica, es normal que muchos comencemos a festejar desde el 12 de diciembre hasta el 6 de enero, el famoso puente Guadalupe-Reyes, lo que significa casi un mes comiendo, bebiendo y con un gran pretexto para no ejercitarnos.
A esto se le suma el hecho de que muchos viajamos a vacacionar o a visitar a nuestros parientes y amigos, o tenemos la casa llena. Todo esto, naturalmente, altera todos nuestros patrones alimenticios.
Pues bienvenido a la realidad.
Dietas hay muchas. Las revistas, internet, aplicaciones y amigos ofrecen una amplia variedad, además de que hay cientos de libros especializados en el tema.
De los regímenes dietéticos existentes, un alto porcentaje funciona, pero es solo temporal, después viene el temido rebote y las repercusiones para la salud, puesto que la mayoría están basadas en eliminar algún grupo de alimentos y abusar de otro, lo cual provoca fuertes descompensaciones en el organismo.
Generalmente, estas dietas son muy extremistas. Se prohíbe consumir hidratos de carbono y se recomienda comer una alta cantidad de proteínas y grasas, entonces, por la acción del metabolismo, el cuerpo pierde agua y utiliza las reservas de proteína que existen en los músculos, pero la grasa corporal se queda ahí.
Además, si la persona no se ha hecho una revisión médica antes de empezar una dieta y resulta que tiene alta el azúcar, colesterol o triglicéridos, una alimentación de este tipo podría ocasionarle daños permanentes. También puede suceder que alguien con colitis siga una dieta donde deba consumir gran cantidad de alimentos crudos, lácteos y productos irritantes, entonces la inflamación del colón aumentará, desencadenando un problema mayor.
Pero eso no es todo, incluso para quienes no tienen ningún padecimiento, una dieta desequilibrada e incompleta resulta un peligro, pues puede ocasionar anemia y serias deficiencias nutrimentales.
Por ejemplo, en las dietas basadas en la ingesta de proteínas y grasas, no existe un adecuado aporte de ácido fólico, vitamina C, hierro, magnesio, entre otros. En las que se abusa de los hidratos de carbono, en las cuales se come, principalmente, arroz y frutas, faltan vitaminas, como A y B12, así como hierro y calcio.
Mientras que, en las dietas altas en fibra, donde se suele indicar una alimentación preestablecida y el consumo de esta antes de cada comida, se producen deficiencias de vitaminas A, D, E, K y B12.
QUÉ HACER
Las dietas bajas en calorías y en sales minerales no son adecuadas para quienes hacen ejercicio de moderada intensidad porque se podría presentar un cuadro de descompensación metabólica y electrolítica.
Tenga cuidado con las clínicas y los productos milagrosos, donde se ofrecen tratamientos para bajar de peso en un mes. Estas clínicas, así como sucede en internet y en algunas revistas, no ofrecen tratamientos individualizados ni avalados por un médico.
Existen muchas clínicas que utilizan medicamentos, muchos de los cuales no están autorizados para el manejo de la obesidad, como lo son la hormona tiroidea, anfetaminas, diuréticos.
Tampoco se deben utilizar los productos que se anuncian como remedios mágicos para bajar de peso porque prácticamente ninguno tiene fundamentos científicos. Resultan ser una gran charlatanería y no están regulados por las autoridades sanitarias. También tenga cuidado con los productos “naturistas” porque algunos, aunque sean naturales, también pueden ser muy dañinos como el codo de fraile o los hongos alucinógenos.
El problema no se resuelve con medicamentos. Todavía no existe la píldora mágica, ni es recomendable seguir dietas de revistas, lo que verdaderamente se necesita es hacer cambios en los hábitos de vida bajo un esquema personalizado, y practicar algún deporte o actividad física.
La obesidad es un problema complejo que requiere la intervención de un médico bariatra que verifique la salud del paciente, un nutriólogo que le enseñe nuevos hábitos alimenticios, un entrenador físico, encargado de recomendar una rutina de ejercicio y, en algunos casos, de un psicólogo, porque es posible que la persona coma en exceso por algún desajuste emocional o tenga muy baja autoestima y se sienta rechazado por su entorno.
Además, cada persona es única, genética, psicológica y físicamente, con distintos requerimientos de acuerdo con su edad, género, tipo de vida, si es sedentaria o muy activa, si trabaja de noche o de día. Debido a estas incontables diferencias, nadie puede ser tratado igual que otro y cada persona requiere una atención individual y un plan alimenticio personalizado.
Por lo tanto, lo recomendable es acudir con un bariatra y un nutriólogo para que hagan una evaluación del estado físico y nutricional del paciente y, sobre la base de esto, elaboren un régimen personalizado y enseñen al paciente a comer de forma adecuada, porque los efectos de las dietas son temporales y los rebotes ocasionan daños al corazón, pues este se llena de grasa para protegerse de las fluctuaciones de peso y la persona se trasforma en un potencial candidato a un infarto.
Así que es necesario desechar las dietas de revista que ofrecen una solución mágica para todos y lo mejor es acudir con un bariatra certificado, quien deberá solicitar el apoyo del resto de los especialistas implicados en el tema para darle a la persona que padece de exceso de peso un manejo integral.
La estrategia para corregir los hábitos de alimentación es similar a la de aprender un nuevo idioma.
Se trata de un objetivo que cualquiera puede alcanzar, siempre y cuando reciba la orientación adecuada y, además, esté dispuesto a invertir todo su esfuerzo. Y practicarlo diariamente para perfeccionarlo.
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Arieh Goldberg K es médico bariatra certificado. Se le puede localizar en Mexicali 60-201, Col. Condesa. Tel. 5286-7974. Y en Prol. Paseo de los Laureles 458-801, Col. Bosques de las Lomas. Tel. 7261-2530. Ciudad de México.