Las fuerzas del Departamento de Seguridad Preventiva de Catar han arrestado arbitrariamente a personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT) y las han sometido a malos tratos durante la detención, denunció este lunes 24 de octubre Human Rights Watch.
Las personas LGBT entrevistadas dijeron que su maltrato tuvo lugar en septiembre de 2022, cuando Catar se preparaba para acoger la Copa Mundial de la FIFA 2022. Esto tiene lugar “cuando el gobierno estaba bajo un intenso escrutinio por su trato a las personas LGBT”, denunció HRW.
Human Rights Watch documentó seis casos de palizas graves y repetidas y cinco casos de acoso sexual bajo custodia policial entre 2019 y 2022. Las fuerzas de seguridad arrestaron a personas en lugares públicos basándose únicamente en su expresión de género y registraron ilegalmente sus teléfonos.
Como requisito para su liberación, las fuerzas de seguridad ordenaron que las mujeres transgénero detenidas asistieran a sesiones de terapia de conversión en un centro de “ensidad conductual” patrocinado por el gobierno.
“Mientras Catar se prepara para acoger la Copa del Mundo, las fuerzas de seguridad están deteniendo y abusando de las personas LGBT simplemente por lo que son, aparentemente confiando en que los abusos de las fuerzas de seguridad no serán denunciados y sin control”, dijo Rasha Younes, investigadora de derechos LGBT de Human Rights Watch.
“Las autoridades de Catar deben poner fin a la impunidad por la violencia contra las personas LGBT. El mundo está mirando”, añadió.
Human Rights Watch entrevistó a seis qataríes LGBT, incluidas cuatro mujeres transgénero, una mujer bisexual y un hombre gay. El doctor Nasser Mohamed, un activista abiertamente gay de Qatar, ayudó a conectar Human Rights Watch con cinco de los entrevistados.
Todos dijeron que los oficiales del Departamento de Seguridad Preventiva los detuvieron en una prisión subterránea en Al Dafneh, Doha, donde acosaron verbalmente y sometieron a los detenidos a abuso físico, desde bofetadas hasta patadas y puñetazos hasta que sangraron.
Una mujer dijo que perdió el conocimiento. Los oficiales de seguridad también infligieron abusos verbales, extrajeron confesiones forzadas y negaron a los detenidos el acceso a asesoramiento legal, familiar y atención médica. Los seis dijeron que la policía los obligó a firmar promesas que indicaban que “detendrían la actividad inmoral”.
Todos fueron detenidos sin cargo, en un caso durante dos meses en confinamiento solitario, sin acceso a un asesor legal. Ninguno recibió ningún registro de haber sido detenido. Estos actos podrían constituir una detención arbitraria en virtud del derecho internacional de los derechos humanos, señaló la organización internacional. N
