Brasil aumentó de 16 a 18 años la edad mínima para que una persona transgénero reciba tratamientos hormonales, en una resolución publicada este miércoles 16 de abril por una autoridad sanitaria.
La administración de hormonas para que menores puedan desarrollar rasgos sexuales del género con el que se identifican, es objeto de discusión en varios países. En Brasil fue autorizada por el Consejo Federal de Medicina en 2019.
Pero el Consejo, un organismo autónomo regulador, cambió de opinión y a partir de ahora “esta terapia está vedada antes de los 18 años de edad”, de acuerdo con la resolución divulgada en el diario oficial.
Los bloqueadores de pubertad también fueron prohibidos para “niños o adolescentes” con “disforia de género”, es decir, la falta de coincidencia entre el sexo biológico de una persona y el género con el que se identifica. Estas prácticas son motivo de un creciente debate científico y legal en muchos países.
Casi la mitad de estados de Estados Unidos ha promulgado leyes para prohibir los tratamientos con hormonas en menores transgénero. La Corte Suprema estadounidense, de mayoría conservadora, examina la constitucionalidad de una de estas leyes y hasta ahora se muestra dividida. Los partidarios de estas terapias sostienen que pueden aliviar el sufrimiento de menores con disforia de género. Pero algunos países pioneros en autorizarlas han reculado en los últimos años, ante el testimonio de adultos que se arrepienten de haberse sometido a los tratamientos.
En 2022 Suecia decidió frenar las terapias de hormonas para menores y alegó la necesidad de observar con “precaución”, algo que ya había hecho Finlandia dos años antes.
En Brasil el congreso de mayoría conservadora tramita varios proyectos de ley para encarcelar a médicos que administren estos tratamientos a menores de edad.
En Argentina el gobierno del ultraderechista Javier Milei prohibió en febrero los tratamientos con hormonas y las cirugías de cambio de sexo en menores.
De acuerdo con el portal de estadística en línea Statista, Países Bajos es el que tiene la mayor proporción de personas que se identifican como LGBTQ+ (17 por ciento), seguido por Tailandia, con un 15 por ciento. Argentina, primer país de Latinoamérica en aprobar el matrimonio igualitario, se sitúa justo sobre la media global, con un 10 por ciento de personas que afirman ser parte de la población LGBTQ+. En el extremo inferior del espectro están Japón y Perú, ambos con el 5 por ciento de entrevistados. N
(Con información de AFP)
