Como si fuera una escena de una película de terror, una mujer descubrió un insecto aterrador oculto dentro de su oído tras experimentar una repentina pérdida de audición.
La mujer de 21 años, de Nepal, acudió al médico en la ciudad de Dharan después de experimentar un dolor “punzante” en el oído derecho, junto con pérdida de audición, tinnitus y náuseas, durante aproximadamente una semana, según un nuevo artículo publicado en el Journal of Medical Case Reports.
Cuando los médicos del Instituto de Ciencias de la Salud BP Koirala examinaron a la mujer, descubrieron que tenía una garrapata muerta alojada dentro del canal auditivo.
“El examen mediante otoendoscopia reveló una garrapata alojada en la piel de la pared del canal”, escribieron los médicos en el medio.
Afortunadamente el tímpano de la mujer permaneció intacto, aunque pruebas posteriores revelaron que la presencia de la garrapata estaba causando “una pérdida auditiva neurosensorial de severa a profunda”.
Según los médicos, si bien la presencia física de la garrapata probablemente le resultó muy incómoda, el dolor y otros síntomas de la mujer probablemente fueron causados por la saliva de la garrapata. Esta saliva contiene enzimas que pueden provocar una inflamación en el oído interno, una afección conocida como laberintitis aguda.
“Las infestaciones intraaurales por garrapatas, aunque poco comunes, plantean un serio desafío clínico debido al riesgo de laberintitis aguda, una afección inflamatoria del oído interno. Esta inflamación puede provocar complicaciones graves, como pérdida auditiva neurosensorial, vértigo y parálisis del nervio facial”, explicaron los médicos.
En este caso, los médicos teorizan que la garrapata pudo haber mordido el tímpano de la mujer, creando un pequeño desgarro o perforación que permitió que las enzimas de la saliva inflamaran el tejido.
“La laberintitis puede surgir de una microperforación de la membrana timpánica [tímpano] debido a la picadura de la garrapata. Los autores plantearon la hipótesis de que esta perforación proporcionó acceso a la saliva de la garrapata que contiene neurotoxina para entrar en el oído medio, iniciando la inflamación”, según los médicos.
Y agregaron al tema: “Aunque durante el examen la membrana parecía intacta, una pequeña perforación podría haber permitido previamente que las neurotoxinas entraran en el oído interno, causando síntomas de laberintitis”.
Esta laberintitis es la causa de los síntomas que presenta la mujer: dolor, tinnitus, vértigo y náuseas posteriores. Los médicos lograron extraer con éxito la garrapata muerta mediante succión y fórceps, y le administraron a la mujer un tratamiento con antibióticos para tratar cualquier posible infección, junto con esteroides y medicamentos antiinflamatorios para calmar la inflamación.
Un mes después, el dolor de oído de la mujer había desaparecido y su audición había vuelto a su estado original. “Este caso subraya la importancia crítica del diagnóstico temprano y la intervención en infestaciones intraaurales por garrapatas para prevenir complicaciones graves como la laberintitis aguda”, comentaron.
“El manejo exitoso de la condición del paciente, evidenciado por la resolución completa de los síntomas y la recuperación de la audición, resalta la eficacia de la eliminación cuidadosa de las garrapatas”, añadieron. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)
