Entre el 30 y el 31 de enero, el sistema nervioso de Puebla Capital, vinculado a otros municipios, experimentó un terremoto: de un plumazo se vio que el Operativo Barredora CJNG sigue en su lucha caníbal contra las pandillas de alto impacto que no se quieren subordinar a su égida y también se vio que éstas tienen cuentas que se cobran entre sí.
La madrugada del 31 de enero, se recibió un reporte por disparos de arma de fuego en la junta auxiliar de San Francisco Totimehuacán. Por ahí, se acercó una unidad K-9 de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Puebla Capital.
Los gerifaltes se encontraron con una camioneta jeep circulando a alta velocidad, por lo que les indicaron el alto a los pasajeros. Tales individuos ignoraron la petición y se armó una persecución, sobre la Lateral del Periférico Ecológico y la carretera a Valsequillo, adonde se pasó del volante a las armas y los de la camioneta comenzaron a disparar.
La persecución terminó en la Avenida Nuestra Señora de la Luz en las inmediaciones de La Guadalupana. La peor parte se la llevaron los policías, quienes fueron heridos y pidieron ayuda por radio.
La caballería llegó y siguió la persecución hasta la carretera Santa Cruz Alpuyeca, donde la patrulla que llegó al auxilio, volcó. Los agresores siguieron su camino. Llegó otro aviso de más detonaciones de arma de fuego en la Intersección de Valsequillo y Periférico.
Poco antes de las 8 de la mañana, algunas personas encontraron un cadáver desmembrado y embolsado sobre las calles Ciruelo y Duraznal, en la colonia San Pedro, de San Salvador Chachapa, en Amozoc. Un mensaje de CJNG rubricó el hallazgo.
El mismo día, se encontró un cadáver encobijado sobre las calles Vicente Guerrero Poniente y Aquiles Serdán Sur, a unos metros de la autopista México-Puebla, por el panteón en San Felipe Hueyotlipan.
Desde un auto en movimiento tiraron un hombre desmembrado y embolsado, junto al Periférico Ecológico, en Cuautlancingo, a un escaso kilómetro del Complejo Metropolitano de Seguridad Pública, cerca del cruce Cuatro Caminos, por la papelería Escorpión.
En el paraje Pájaro Verde, de Nicolás Bravo, en los límites de la junta auxiliar de Azumbilla, y Aculzingo, Veracruz, a metros de la carretera federal 150, tramo Tehuacán-Orizaba. Se encontró a dos hombres ejecutados por arma de fuego. Un mensaje traía saludos de CJNG.
Poco antes, el pasado 28 de enero, se encontró el cadáver de Jesús Javier Juárez, quien contaba con una ficha de búsqueda, en un pozo de la colonia Las Ánimas del municipio de Amozoc.
Del 1 al 31 de enero, se dieron 45 ejecutados en:
Recuerdo nítidamente que cuando estaba Luis Miguel Barbosa como gobernador, uno de los medios digitales que abrieron sus corifeos orgánicos, tuvo la puntada de publicar que en el estado de Puebla operaban unas 17 pandillas. 17.
En esa ocasión, tras atenderme médicamente por el ataque de risa sufrido, revisé mis bases de datos de las pandillas locales y de alto impacto que operaban en ese entonces en Puebla: no menos de 225.
Algo de esos polvos se está sintiendo en los corrillos policiacos de Puebla Capital y del estado, como sana costumbre de evadir para olvidar. Por lo pronto, más allá de la humorada de que la muy complicada pandilla de “Las Bigotonas” en Tehuacán ya no existe (ya van en la tercera generación), hay que pensar en otros casos.
Por otra parte, se sabe que los integrantes del célebre Mando Lunático, que ha estado adormecido en Ayotoxco y Hueytamalco, siguen fungiendo como grupo de limpieza ruda del exalcalde de Coxquihui, Veracruz, Reveriano Pérez Vega.
Y aquella especie de que ya no funciona el grupo criminal de Los Sinaloas, suena a que algunos deben ponerse a revisar la información de inteligencia que les llevan desde distintos puntos de Puebla Capital y los municipios vecinos. Los Sinaloas se enanizaron, pero no desaparecieron.
Caso similar al de Los Oaxacos, odiados enemigos de Los Sinaloas, de los que se dice que fueron extinguidos pero no es así: hay resabios operativos en Sanctorum y la UH-Volkswagen, sin omitir alguna actividad en el Mercado Hidalgo y el Mercado Unión. Alguna información ha de tener “La Reina del Sur”, por todos conocida.
A partir de todos estas pifias, cabe preguntarse si no hay algunas áreas que resanar entre los que colectan inteligencia y los decisores, a menos que se crea que es de lo más normal tener a cinco ejecutados y descuartizados en menos de dos días, todo ello bajo el condimento del Operativo Barredora CJNG y el escalamiento de la guerra entre no menos de siete pandillas de alto impacto que salieron de sus santuarios para ganar terreno.
Puebla está en llamas. Esconderlo es criminal; evadirlo, suicida.
La noche del 31 de enero, un convoy militar que acompañaba a personal de la fiscalía estatal de Puebla, hizo su entrada triunfal a la Avenida Juárez. Para llamar más la atención, tan bonito contingente inició su marcha desde Héroes del 5 de Mayo.
No piense usted que semejante faramalla fue para dar con los culpables de la volcadura y lesiones a los policías en La Guadalupana o para cobrarle cuentas a quienes dejaron un cadáver a pocos metros del C5 de Cuautlancingo, ni para capturar a quienes decapitan personas.
El desfile militar y de la Fiscalía arrojó un saldo de cinco bares clausurados e incautadas algunas docenas de dosis de narcóticos para su venta.
Por algo, Omar García Harfuch hace sus operativos sin avisar.
