La acelerada transformación digital impulsa un fenómeno vertiginoso en el mundo laboral. Por un lado, existe una demanda importante de empleos que apuntan al talento, pero, al mismo tiempo, son cada vez más las exigencias del sector de ciberseguridad tanto de habilidades técnicas como de certificaciones, impulsadas por los estrictos marcos regulatorios que desde finales de 2022 se han emitido o actualizado.
De acuerdo con el informe Creación de una fuerza laboral capacitada en ciberseguridad en América Latina: perspectivas de Chile, Colombia y México, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), hubo un aumento significativo en las ofertas de trabajo en línea (OJP) para profesionales de la seguridad cibernética entre 2021 y 2022.
Sin embargo, un informe de Indeed revela la caída de 25.7 por ciento en los empleos de ciberseguridad, de septiembre de 2022 al mismo mes de 2023, debido a marcos y regulaciones más estrictas. Aunque dicho estudio está basado en la India, también revela las tendencias de la industria, considerando que muchos países de América Latina están impulsando la creación de leyes en esa materia.
Particularmente en nuestro país, los arquitectos e ingenieros, responsables de diseñar soluciones de ciberseguridad, tienen una gran demanda. Sin embargo, pocos son los candidatos a cubrir las vacantes porque, además de los conocimientos tecnológicos que ya de por sí exigen habilidades cada vez más especializadas, los prospectos requieren estar familiarizados con estándares o certificaciones específicas.
Esta realidad añade un reto más tanto para los empleadores como para los candidatos, ya que estas certificaciones exigen al menos cinco años de experiencia previa. Esta dinámica destaca la necesidad de examinar de cerca las políticas de requisitos de experiencia y explorar enfoques más flexibles que permitan a los profesionales con habilidades sólidas, aunque con menos experiencia, acceder a oportunidades de certificación y contribuir al desarrollo de sus carreras.
Es claro que, siendo México uno de los principales objetivos de ataque de América Latina, el país necesita especialistas altamente calificados para reducir los altos índices de ciberataques, pero para tenerlos se requiere de la colaboración conjunta entre los sectores público y privado para promover e incentivar tanto a las industrias como a los organismos encargados de emitir las certificaciones para la captación de profesionales interesados en adquirir cualidades labores específicas.
Y es que dotar a las personas de las habilidades técnicas y transversales adecuadas es esencial para hacer que las organizaciones, sin importar el tipo de industria, puedan ofrecer empleos y encontrar a los profesionales de ciberseguridad que necesitan, con lo que se podría disminuir, incluso, las brechas de seguridad cibernética que tenemos como país. Pero es momento de actuar, considerando que cada día emergen nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, que van rezagando cada vez más los conocimientos obtenidos por la necesidad de nuevas habilidades.
Si bien estas tecnologías mejorarán la eficiencia en la detección y la prevención de amenazas, también generarán una demanda de profesionales más especializados.
En resumen, el llamado a la acción es urgente. A medida que el espectro de habilidades en ciberseguridad evoluciona, es esencial que los individuos y las instituciones se adapten proactivamente. La colaboración entre el sector de ciberseguridad, los organismos certificadores, las organizaciones y los profesionales se vuelve crucial para diseñar programas de capacitación que respondan a las necesidades cambiantes del mercado laboral. Solo a través de una capacitación continua podremos enfrentar con éxito los desafíos de seguridad cibernética que se pronostican para los años venideros. N
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Manuel Moreno es director de Facilitación de Ventas de Seguridad en IQSEC. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.
