Una nueva especie de serpiente, bautizada como Harrison Ford, en honor al actor estadounidense, fue descubierta en una reserva selvática de Perú. El hallazgo estuvo a cargo de científicos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, informó la institución este jueves 17 de agosto.
“La nueva especie ha sido nombrada Tachymenoides harrisonfordi, mide unos 40 centímetros de largo y fue descubierta en pastizales montanos de la puna del Parque Nacional Otishi, a 3,248 metros de altitud el 22 de mayo de 2022″. La investigación se publicó en la revista científica Salamandra, de la Sociedad Alemana de Herpetología y Herpetocultura.
El único espécimen, un macho, fue encontrado tomando el sol en un pantano. La coloración de fondo de la serpiente es de color marrón amarillento pálido con manchas negras dispersas, su vientre es negro y el iris es de color cobre con una raya vertical. Es un depredador bien camuflado que probablemente se alimenta de pequeños vertebrados como lagartijas y ranas. La serpiente no es agresiva y es inofensiva para el hombre.
Debido a su ubicación remota en los Andes, el Parque Nacional Otishi es una de las áreas menos exploradas de Perú. Solo se puede llegar a la mayor parte de su área en helicóptero. Su ubicación en el Valle VRAEM hizo que la investigación sobre biodiversidad sea peligrosa, pero aun así lograron su cometido.
El biólogo Edgar Lehr, quien dirigió la investigación, comentó que el reptil lleva el nombre del actor estadounidense Harrison Ford porque ha sido muy activo “en la protección de la naturaleza”.
“Supe que Harrison Ford estuvo de acuerdo con darle su nombre a través de una consulta que hizo la organización Conservation International”, agregó. “Nos tomó siete días encontra a la serpiente. Somos los primeros científicos que entran” allí, destacó Lehr.
“Si bien el diminuto reptil en sí mismo no es el material de las películas de aventuras, su descubrimiento llevó a los investigadores a un viaje palpitante digno de Hollywood”, dijo la organización. Los científicos caminaron a través de una peligrosa región apodada “el valle de la cocaína de Perú“, donde pronto se dieron cuenta de que, sin saberlo, habían hecho un campamento cerca de una pista de aterrizaje clandestina de un cártel, y estaban siendo seguidos por narcotraficantes.
“Llevé un walkie-talkie para que pudiéramos comunicarnos si el equipo estaba separado”, relató Lehr. “En el noveno día del viaje, de repente escuché voces desconocidas que venían a través del altavoz. Estábamos en este lugar increíblemente remoto, así que inmediatamente supimos que había otras personas alrededor que estaban usando la misma frecuencia de radio: el canal ocho. Las voces también parecían escucharnos, y sonaban sorprendidas”.
Cada día traía nuevos recordatorios de que estaban siendo observados. Una mañana, Lehr se despertó con el zumbido sobre su tienda de campaña. Se preguntó si era un colibrí. Resultó ser un dron, inspeccionándolos. Más tarde ese día, descubrieron nuevas huellas en el borde de su campamento.
Pero Lehr y su equipo persistieron en su trabajo. Además del descubrimiento de la serpiente, también encontraron y posteriormente nombraron una cascada, un pantano y una especie de lagarto. Pero al amanecer del día 11, escucharon el sonido inconfundible de un motor de avión cerca.
Temiendo por sus vidas, el equipo tomó la difícil decisión de terminar el viaje una semana antes. Lehr recuerda sentirse devastado. “Queda mucho por descubrir aquí”, dijo. “Me preocupa que no sea posible seguir investigando aquí ahora”, dijo. N
