Para el fotógrafo y conservacionista Chris Burkard, viajar por el mundo no solo es cuestión de encontrar la vacación ideal, sino de capturar la fotografía perfecta. Como fotógrafo de surf, ha inmortalizado algunas de las olas y sitios más desafiantes de la tierra.
De los desiertos de Omán a las misteriosas olas bajo las luces del norte de Islandia, aquí hay una selección de algunas de las tomas favoritas de Burkard, así como las historias detrás de las imágenes —cómo y dónde se capturaron—, en sus propias palabras.
Islas Aleutianas, Alaska. “Este día estará para siempre grabado en mi memoria. De algún modo, es la culminación de toda mi carrera: un rincón de surf helado y virgen, olas perfectas, y un paisaje asombroso. Nos tomó dos días de viaje llegar ahí. El clima era tan impredecible que solo logramos surfear uno de los 14 días que pasamos ahí. Y la mayor parte del tiempo hubo una neblina gris y sombría que cubría todo. Eventualmente, dimos con el tesoro. Aquí, el especialista en surf en aguas frías Josh Mulcoy saca lo mejor de una ola de postal”.
Cayucos, California. “He viajado por todo el mundo, pero no creo que haya algo mejor que surfear al atardecer en casa. Esta tarde había un oleaje perfecto y el océano estaba en completa calma. Estuvimos afuera hasta que ya era demasiado oscuro para ver los bordes de nuestras tablas, y entonces regresamos nadando bajo la luz de la luna. Estos son los momentos que voy a perseguir toda mi carrera”.
Centro de Chile. “Después de unos días de lluvia y nada que asemejara olas, sabía que los surfistas a quienes había invitado a venir a Chile conmigo estaban más que dudosos de este viaje. A pesar de esto, cuando abrí mi casa de campaña a la mañana siguiente, irradiaba la ola más increíble que jamás haya visto. El surfista de clase mundial Peter Mendia no perdió un minuto para salir a aprovechar las olas“.
Cascada Skógafoss, Islandia. “Mientras estaba en Islandia tomando fotos para un proyecto para la revista Men’s Journal, circunnavegamos gran parte de los 5,600 kilómetros de costa y encontramos mucho más que buen oleaje. No me cansé de ver la luz y los paisajes lunares acompañados de lluvia, arcoíris, nieve, viento y, desde luego, olas. Este momento sucedió durante uno de nuestros muchos trayectos maratónicos en coche”.
Islandia. “Por años soñé con una sesión de surf bajo las luces del norte. Tomó tiempo de planeación y varios viajes para que sucediera. Incluso este viaje tuvo imprevistos a causa de una tormenta histórica que golpeó a todo el país, y nos puso en una situación de peligro. Pensamos en detener la sesión antes de que llegara la tormenta (mientras estábamos sanos y salvos), pero la idea de poder capturar algo así era demasiado poderosa. Sobra decir que tomamos la decisión correcta”.
Lofoten, Noruega. “Una vez que nos familiarizamos con el arduo proceso de surfear sobre nieve, encontramos un buen ritmo: amanecíamos con unos metros de nieve fresca, la removíamos de la entrada de la casa, comíamos algo rápido, y prendíamos la leña para el jacuzzi. La conclusión esencial a nuestro día requería que el agua del jacuzzi estuviera lo suficientemente caliente para que nuestros dedos congelados se deshelaran después de surfear”.
Arenas de Wahiba, Omán. “En 2007 estaba en Oriente Medio, en mi primer viaje internacional de surf. Unos días después de cazar olas en Dubái, un grupo de surfistas de California y yo nos dirigimos a Omán. Tras recorrer toda la Isla Masira para surfear sin ninguna suerte, manejamos por una carretera de otro planeta que atraviesa las dunas ondulantes de las Arenas de Wahiba. A pesar de que no encontramos muchas olas ahí, los surfistas aprovechan para usar sus tablas”.
Isla Shikoku, Japón. “Japón suele pasarse por alto cuando se trata de olas, pero la temporada de tifones es capaz de producir olas perfectas en toda la isla. Este break (donde rompe la ola) en particular se encuentra en la base de la desembocadura de un río, lo cual hace que cambie y evolucione constantemente según las lluvias y el oleaje. Durante la mayor parte del año no se puede montar, pero muy de vez en cuando, cuando todo se alinea, se ve así”.
Península de Kamchatka, Rusia. “Después de un largo día de surf y pesca de trucha arcoíris, una vista así es la cereza en el pastel. En 2012 pasé tiempo explorando la costa de Rusia con un grupo increíble de surfistas. Era la aventura más grande en la que había participado hasta el momento. Esa noche, unas nubes lenticulares se formaron en medio del atardecer rojizo, y lo único que pudimos hacer fue detenernos a admirar”.
Costa Dorada, Australia. “Me encontraba en Queensland para documentar la competencia de surf Hurley Burleigh Pro, con algunos de los mejores surfistas jóvenes de Estados Unidos, cuando capturé este atardecer. Sin embargo, este viaje fue una de las razones por las que me alejé de fotografiar surf tradicional y empecé a buscar áreas remotas y frías. Me cansé de las playas abarrotadas de turistas, wifi y fiestas. No era ese mi propósito, quería ir detrás de algo más significativo”. N
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(Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek)
