
El productor de cine Harvey Weinstein, figura central en el nacimiento del movimiento #MeToo, volvió a sentarse en el banquillo de los acusados este martes, tras la anulación de su condena de 2020. El nuevo juicio en Nueva York, que podría extenderse hasta junio, ha reactivado el debate sobre el abuso de poder en Hollywood y ha sumado nuevos nombres de actrices a la larga lista de quienes han alzado la voz en su contra.
En abril de 2024, el Tribunal de Apelaciones del Estado de Nueva York anuló la condena a 23 años de cárcel que Weinstein recibió en 2020, alegando que el juez del caso permitió testimonios de mujeres cuyas denuncias no formaban parte del proceso. Esta decisión abrió la puerta a un nuevo juicio, que ahora se centra en las agresiones contra Mimi Haleyi, exasistente de producción; Jessica Mann, aspirante a actriz; y una tercera mujer que asegura haber sido agredida por el productor en 2006 en un hotel de Manhattan.
Weinstein, de 73 años, llegó en silla de ruedas, visiblemente debilitado pero desafiante. Su abogado, Arthur Aidala, afirmó que buscarán un “jurado justo e imparcial” a pesar de la notoriedad del caso.
Desde 2017, más de 80 mujeres han acusado públicamente a Harvey Weinstein de acoso, agresión sexual o violación. Además de Angelina Jolie, Gwyneth Paltrow y Ashley Judd, otras actrices como Rosanna Arquette, Daryl Hannah, Mira Sorvino, Annabella Sciorra, Asia Argento, Rose McGowan y Cara Delevingne también han revelado sus experiencias con el exproductor.
Muchas de ellas fueron contactadas bajo pretextos profesionales que terminaron en encuentros incómodos o agresivos en habitaciones de hotel, una táctica que se repite en múltiples testimonios. Algunas, como Annabella Sciorra, han testificado en cortes anteriores, describiendo en detalle las agresiones sufridas.
El caso de Weinstein no solo marcó un punto de inflexión en la industria del entretenimiento, sino que también impulsó cambios legislativos y sociales sobre la denuncia de abusos sexuales en varios países. Según Laura Palumbo, portavoz del Centro Nacional de Recursos sobre Violencia Sexual, la anulación del fallo original “ilustra los desafíos que enfrentan las víctimas en su búsqueda de justicia”.
Weinstein, quien también cumple una condena de 16 años en Los Ángeles por violación a una actriz europea en 2013, ha insistido en que todas las relaciones fueron consentidas. No obstante, los fiscales y activistas advierten que su nuevo juicio es una oportunidad para reafirmar que el sistema puede responder a casos de violencia sexual incluso contra hombres poderosos.
El movimiento #MeToo ha tenido impacto más allá de Estados Unidos, inspirando denuncias en Francia, España, México, Reino Unido y Canadá. Casos como los del actor francés Gérard Depardieu o el estadounidense Bill Cosby han seguido patrones similares: figuras públicas acusadas por múltiples mujeres tras años de silencio.
El juicio a Harvey Weinstein en Nueva York es mucho más que una repetición legal: es un termómetro de hasta qué punto el mundo ha cambiado —o no— desde que la cultura del silencio comenzó a romperse en 2017. N
(Con información de AFP)