
¿El aumento del salario mínimo en México es una política o una ficción? Este salario solo cubre el mínimo, y eso no contribuye a la integración de un hogar debido a los costos incrementales del dinero en todo y para todo.
¿Realmente sería beneficioso para México aumentar el salario mínimo? ¿O sería mejor aumentar el número de salarios que debería ganar una persona al día? La realidad es que no importa que los salarios aumenten si la relación total a percibir dependerá de la persona física o moral que contrate al individuo dentro de la población económicamente activa (PEA) ocupada. Y eso será en función de la capacidad de la rentabilidad del contratante para poder cubrir los costos de la operatividad y de las ventas o pagos que pudiera percibir.
Si el contratante está en un mercado contraído o su negocio no puede pagar más allá de la realidad para que una persona tenga una vida digna, las personas estarán destinadas a ganar lo mínimo como ha ocurrido en los últimos seis años.
Conforme a los datos del Inegi de 2018, 8.59 millones de personas dentro de la PEA ocupada ganaban un salario mínimo, y a agosto de 2024 existen 22.31 millones de personas percibiendo esta remuneración económica. La variación actual representa un incremento de 13.72 millones de personas, es decir, más personas ganando menos.
Hoy en día existe un mayor número de personas ocupadas, pero eso no significa que tengan un mejor salario. De acuerdo con información proporcionada por el Inegi y el IMSS, se han constatado los siguientes hallazgos en relación con la población económicamente activa ocupada durante el periodo comprendido entre 2018 y agosto de año 2024.
El desafío crucial del gobierno de México 2024-2030 no radica en la posibilidad de incrementar el salario mínimo en un porcentaje por arriba de la inflación. Más bien, deberá enfocarse en generar una mayor cantidad de formas de inversión en el sector secundario para lograr empleos bien pagados.
Ello dependerá de la certidumbre que pueda dársele al dinero y que este se utilice por en contrataciones públicas o inversiones privadas. Recordemos que en estos sectores están la construcción, lo energético y lo manufacturero, los cuales requieren de mano de obra calificada.
Si no se hace énfasis en lo anterior el PIB no crecerá; de qué sirve ser un país con un mayor grosor en el sector terciario si no existe a quién brindar un servicio o producto. N
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.