
La manifestación del miércoles 19 en la ciudad de Buenos Aires en protesta por los recortes a las aportaciones del Estado a los jubilados, respaldada por sindicatos y movimientos sociales, en un clima de tensión y fuertes medidas de seguridad. Las autoridades han desplegado cientos de policías, instalado vallas para restringir el tránsito y emitido advertencias por altavoces en el transporte público, con un mensaje claro: “La Policía va a reprimir todo atentado contra la República”.
En las estaciones de trenes que conectan la capital con el área metropolitana de Buenos Aires, se ha implementado un servicio de comunicación inusual. A través de pantallas y altavoces, se reproduce el mensaje: “Protesta no es violencia. La Policía va a reprimir todo atentado contra la República”, acompañado de un símbolo de peligro. Este sistema, normalmente utilizado para informar sobre el servicio de trenes o campañas de salud, ha sido adaptado para alertar a la población sobre las consecuencias de actos violentos durante la manifestación.
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Desde la noche del martes, las calles aledañas al Congreso argentino, en un radio de 100 metros, han sido cercadas con vallas para controlar el acceso de personas y vehículos. Además, se han retirado 350 contenedores de residuos para evitar que sean utilizados como armas en posibles enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.
“La protesta no es violencia, la policía va a reprimir todo atentado contra la república”
El mensaje que se escucha en las estaciones de tren en la previa de la marcha de los jubilados frente al Congreso. pic.twitter.com/oroSAW30HN
— Corta 🏆 (@somoscorta) March 19, 2025
La estación de Subte Congreso permanece cerrada, y las líneas de autobuses que circulan por la zona han sido desviadas. Estas medidas buscan prevenir disturbios como los ocurridos la semana pasada, cuando una protesta similar resultó en 124 detenidos y 46 heridos, incluido el fotógrafo Pablo Grillo, quien sigue en estado grave.
La manifestación de este miércoles tiene como objetivo principal defender los derechos de los jubilados, quienes exigen una subida de pensiones, la restitución de la cobertura de medicamentos y la continuidad de la moratoria previsional, un plan de pagos para quienes no cuentan con los aportes necesarios para retirarse y que vence a finales de marzo.
Además, los organizadores de la protesta han pedido la renuncia de la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, a quien responsabilizan por la fuerte represión policial durante la manifestación anterior.
El Gobierno ha respondido con firmeza a los disturbios de la semana pasada. Este martes, solicitó a la Justicia la detención de 29 personas que participaron en la protesta, les prohibió el ingreso a estadios de fútbol y ofreció una recompensa de 10 millones de pesos (aproximadamente 9.500 dólares) para quienes aporten información que permita identificar a los responsables de los disturbios en el Congreso.
La protesta de jubilados en Buenos Aires
(Con información de agencias)
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