Rafael tiene en casa un “cementerio de pimpinas”, botellas plásticas llenas de gasolina que revendía ante la escasez de combustible que castigó por más de una década a Maracaibo, vieja capital petrolera de Venezuela. Ser “pimpinero”, comenta este hombre a la AFP reservando su verdadero nombre, era el “oficio más lucrativo” en esta ciudad del … Leer más
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