
Los afectados por este trastorno se caracterizan por no alimentarse o hacerlo en pequeñas cantidades cuando están en público, sin embargo, a solas suelen darse atracones que, posteriormente, les hace sentir culpa por su falta de control y por el aumento de peso corporal.
Según el informe de la universidad, el origen del trastorno no es claro, sin embargo factores personales, sociales, cognitivos y neurológicos pueden contribuir a un desregulación emocional que provoca malestar y ansiedad, en consecuencia, algunas personas buscan la regulación a través de la comida, debido a que esta les provee de sensaciones momentáneas de tranquilidad, satisfacción y bienestar.
Cabe destacar que a diferencia de estos trastornos alimenticios el comedor compulsivo no tiene conductas compensatorias como lo es provocarse el vómito, utilizar laxantes, diuréticos y enemas, o hacer ayunos prolongados o ejercicios específicos.
Por último, la académica invitó a estar atentos ante cambios en los hábitos de alimentación, depresión, aislamiento social, aumento de peso, irritabilidad y ansiedad, debido a que son síntomas de este trastorno.