
Llega 2019 y, aunque muchos coahuilenses tienen una buena expectativa obre sus posibilidades económicas para este año, no hay que olvidar que el precio de la gasolina ha acumulado un incremento de más de 60% desde 2012 y que la inflación ha llegado a niveles históricos desde hace dos años.
Aquí los datos.
Medir la confianza de los consumidores permite conocer lo que piensan sobre su situación económica y la de sus familias, así como la percepción que tienen sobre la economía nacional.
Un alto nivel de confianza indica que existe estabilidad económica y política, y se genera un entorno de armonía en los mercados, ya que se espera un buen funcionamiento de la economía.
Cuando no hay confianza, hay incertidumbre. Un ambiente de incertidumbre en la economía puede obstaculizar inversiones, postergar decisiones de consumo e incluso provocar crisis.
En México, la confianza del consumidor es calculada por el Inegi mediante la Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor. Esta encuesta se levanta en 43 ciudades representativas de todo el territorio nacional, al menos una por cada estado. A continuación presentamos sus resultados.
Para octubre de este año (último dato disponible al cierre de esta edición), 57% de la población mexicana mayor de 18 años consideró que la situación económica de los miembros de sus hogares era igual a la que tenían 12 meses antes.
Asimismo, un 15% percibió que estaban mejor y solo el 1% percibía que los miembros del hogar se encontraban mucho mejor.
En contraste, el 25% de los encuestados percibía su situación económica como peor respecto de cómo era un año antes.
Sin embargo, al pensar en el futuro la perspectiva se volvió esperanzadora. El porcentaje de población que tiene la perspectiva de que dentro de 12 meses la situación económica del país será mejor mantuvo un incremento durante los primeros siete meses de 2018.
Mientras que en enero de 2018 únicamente el 9% de la población consideró que dentro de un año estaríamos mejor, en junio incrementó a 18% y, para el mes de julio, luego de conocer los resultados electorales, esa cifra se disparó al 39% de la población. En octubre esa cifra fue de 35 por ciento.
En contraparte, la población que cree que estará peor para finales de 2019 disminuyó a partir de abril de 2018, cuando era de 25%, ubicándose en su mínimo histórico de 12% en agosto.
De igual manera, quienes en enero del año pasado consideraban que para principios de este 2019 podríamos estar mucho peor representaron el 20 por ciento.
En julio esa proporción ya había disminuido al 10% y llegó a su mínimo histórico en agosto, con solo un 4% de la población nacional.
La proporción de quienes pensaban que estaríamos igual presentó un cambio de únicamente dos puntos porcentuales, ya que en enero de 2018 fue de 31%, mientras que para octubre fue de 33 por ciento.
El 32% de los coahuilenses que fueron entrevistados en octubre de 2018 consideraron que su situación económica mejorará durante el siguiente año.
Esta perspectiva ha disminuido desde agosto del año pasado, cuando esa proporción fue de 43% de la población.
Por otra parte, el porcentaje coahuilenses que piensan que dentro de 12 meses estaríamos peor disminuyó de un 25% en el mes de abril (el porcentaje más alto registrado desde 2015) a 1% en septiembre, sin embargo, durante octubre incrementó a 12 por ciento.
En nuestro estado la percepción de que estaríamos mucho mejor para principios de 2019 mantuvo un incremento desde marzo del año pasado, cuando así lo consideró el 6% de los encuestados. Para el mes de octubre el porcentaje era de 25 por ciento.
Esta encuesta también recaba información sobre la posibilidad que tiene la población para comprar cosas como ropa, zapatos, alimentos, entre otros, en comparación con el año anterior.
En este sentido, el 46% de los coahuilenses respondió que tenían la misma posibilidad económica que el año pasado para realizar estas compras.
Asimismo, 31% afirmó que tenía mayores posibilidades, mientras que, el 23% declaró que sus posibilidades sí habían disminuido.
Además, el 66% de los encuestados en octubre afirmó que actualmente sí tenían la posibilidad de ahorrar alguna parte de sus ingresos, comparado con un 34% que respondió que no.
El porcentaje de personas que afirmaron que sí podían ahorrar una parte de sus ingresos aumentó 16 puntos porcentuales de un mes a otro, es decir, de septiembre (cuando fue de 50%) a octubre de este año.
Por otro lado, el 46% de los coahuilenses encuestados en octubre del año pasado previeron que las posibilidades de que puedan ahorrar dentro de 12 meses serían iguales. Un 36% tiene una perspectiva buena al respecto y un 7% manifestó que sus perspectivas son muy buenas.
Al contrario, un 6% manifestó tener una perspectiva mala y el 3% una perspectiva muy mala.
De acuerdo con estas expectativas, se espera que, para octubre de este 2019, la proporción de 34% de personas que no pueden ahorrar se mantenga en ese nivel.
El 35% de los coahuilenses tiene planes de comprar un auto. Respecto a los planes que tienen los encuestados de comprar un auto nuevo o usado dentro de los próximos dos años, el 46% refirió que ningún miembro de su hogar está planeando comprar alguno.
Este resultado no se ha visto afectado significativamente por los eventos de coyuntura política, ya que desde 2015 se mantiene ese mismo porcentaje.
Sin embargo, es importante resaltar que el 19% de la población piensa que probablemente compre un auto, mientras que el 35% afirma que tiene planes de comprarlo.
La situación es similar en relación con las expectativas para comprar, construir o remodelar una casa durante los próximos dos años: el 51% afirmó que no, mientras que el 8% que sería probable y el 42% mencionó que sí.
Sin embargo, la confianza generalizada que existe entre los consumidores de todo el país da una perspectiva de que en el corto plazo el consumo no disminuirá.
A pesar de los niveles de confianza de los últimos meses, los consumidores se han tenido que enfrentar al incremento de precios, que desde hace dos años ha alcanzado niveles históricos.
Aunque entre 2015 y 2016 los niveles inflacionarios ya presentaban presiones al alza, desde la liberalización de los precios de las gasolinas que entró en vigor en enero de 2017 se generó un incremento en el nivel de precio que, al cierre ese año, fue de 6.77 por ciento.
Pese a lo anterior, un factor que podría estar relacionado con el incremento de la confianza de los consumidores que se observó durante los primeros meses de 2018 es la disminución de los precios que se registró a principios de ese año: para junio el incremento fue de 4.8%, comparado con el 5.5% que se registró en enero.
Sin embargo, después de las elecciones los índices de precios tendieron a incrementar y para octubre del año pasado se registró un aumento de 4.9% comparado con el mismo mes de 2017.
En suma, entre enero de 2012 y octubre de 2018, los precios acumularon un incremento de 29 por ciento.
En agosto de 2017, la inflación en Coahuila alcanzó su máximo histórico de 7.7%, cifra mayor por 1.3 puntos porcentuales a la de indicador nacional que fue de 6.4 por ciento.
Aunque durante los primeros tres meses de 2018 disminuyeron los precios a nivel nacional y estatal, a partir de abril hubo un repunte que posicionó a Coahuila nuevamente por arriba del índice nacional, el cual tiende a disminuir.
En octubre del año pasado, el incremento de precios en Coahuila fue de 3.3 por ciento.
Como ya se mencionó, el incremento de precios que se ha dado durante los dos últimos años está relacionado con la liberalización de los precios de las gasolinas del 1 de enero de 2017.
De acuerdo con el sistema de consulta de precios promedio del Inegi, en diciembre de 2012 el precio promedio por litro de la gasolina de bajo octanaje en Coahuila era de 9.78 pesos, mientras que la de alto octanaje costaba 10.62 pesos.
Entre 2012 y 2014, este combustible presentó un incremento promedio de 10 por ciento. Para los siguientes dos años, el precio se mantuvo sin cabios significativos: 12.85 pesos para la gasolina de alto octanaje y de 11.73 pesos para la de bajo.
En 2017 el precio promedio en Coahuila se disparó a 15.78 y 17.66 pesos por litro para las gasolinas de bajo y alto octanaje, lo que representó un incremento equivalente al 35% y 37%, respectivamente.
Entre 2012 y octubre de 2018, el precio de este combustible acumuló un incremento del 63% en términos nominales.
Adicionalmente, se podría dar una fuerte contracción de la confianza si no se logran mantener bajos.
El desgaste de la confianza de la población, acompañado de un incremento constante en los niveles de precios podría acortar las previsiones de crecimiento económico para el corto plazo, y derivado de ello, las decisiones de inversión.
1 Las ciudades que representaron a nuestro estado para la construcción del índice de confianza son Monclova, Saltillo, Torreón y Acuña donde se levanta esta encuesta cada mes.
2 De igual forma que con la encuesta dedicada a recabar los datos para construir el índice de confianza del consumidor,para calcular el índice de precios, Inegi recaba y calcula los precios promedio de 55 ciudades en todo el país. Para este efecto, en nuestro estado son recabados los precios en las
ciudades de Monclova, Acuña y Saltillo: con el promedio de las variaciones porcentuales de cada una de estas ciudades, se obtiene un dato representativo del comportamiento de los precios en nuestro estado.