El Día Mundial de la Concienciación sobre la Autolesión, celebrado cada 1 de marzo, busca visibilizar una problemática en aumento, especialmente entre adolescentes. Autoridades del Hospital de Salud Mental de Tijuana alertan sobre la necesidad de identificar señales tempranas y brindar apoyo oportuno a quienes atraviesan esta situación.
Erika Zamora, psicóloga del área de hospitalización infantil y juvenil, explica que, aunque la autolesión ha existido a lo largo de la historia, en los últimos años ha dejado de ser un comportamiento oculto para convertirse en un fenómeno más visible, especialmente tras la pandemia. “Los jóvenes que antes se escondían ahora presentan signos más evidentes, como usar ropa de manga larga en climas cálidos para cubrir heridas”, señala la especialista.
Las formas más comunes de autolesión incluyen cortes en brazos y piernas con objetos punzocortantes como navajas o vidrios, aunque también se presentan comportamientos como golpes autoinfligidos, tirones de cabello y pellizcos. “No se trata solo de una moda o una fase, sino de una señal de que los adolescentes no saben cómo manejar su dolor emocional”, advierte Zamora.
Factores de riesgo y el papel de las redes sociales
Los expertos destacan que las autolesiones responden a múltiples factores: problemas familiares, trauma psicológico, maltrato, ansiedad, depresión y dificultad para adaptarse a cambios abruptos. En muchos casos, los adolescentes recurren a estas prácticas como una forma equivocada de liberar emociones acumuladas.
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Las redes sociales también juegan un papel clave, ya que pueden fomentar la imitación y la normalización de este tipo de conductas. “En lugar de buscar orientación con adultos responsables, los jóvenes encuentran contenido que refuerza la autolesión como una forma de lidiar con sus emociones”, explica Zamora.
Un problema en aumento
A nivel mundial, se estima que el 30 % de los menores de edad se han autolesionado al menos una vez en su vida. En la unidad de hospitalización del Hospital de Salud Mental de Tijuana, 7 de los 10 pacientes ingresados han manifestado haber recurrido a esta práctica.
“Es fundamental que los padres, maestros y cuidadores estén atentos a estas señales y busquen apoyo profesional. En muchos casos, la autolesión está asociada con trastornos como ansiedad, depresión o trastorno de estrés postraumático, lo que requiere una evaluación especializada para determinar el tratamiento adecuado”, concluye Zamora. N