La educación sexual integral sin mitos conduce a una disminución en el embarazo adolescente, la violencia y la propagación de enfermedades de transmisión sexual. El propósito de dicha educación es introducir a los niños en los aspectos emocionales, físicos y sociales de la sexualidad y ayudarlos a prepararse para el futuro, indica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La educación sexual también enseña a los jóvenes cómo construir relaciones saludables, reconocer la violencia, resistir la presión de grupo y comprender el concepto de consentimiento.
En algunos países la idea de la educación sexual se enfrenta a la oposición. En los últimos años, se ha politizado cada vez más en contextos nacionales, regionales y mundiales.
Aunque hay un consenso en muchas partes del mundo de que la educación sexual puede abordar una serie de problemas graves, incluidos el embarazo adolescente y la violencia de género, se están haciendo cada vez más esfuerzos para sembrar dudas entre padres y tutores.
La retórica de los opositores a la educación sexual sigue siendo consistente, aunque sus argumentos no tienen nada que ver con la realidad. Aquí hay 10 mitos comunes sobre la educación sexual, disipados por especialistas de la OMS.
Verdad: La educación sexual protege a los niños de la violencia. Les habla de amenazas como la depredación sexual, el “gruño” (establecimiento de parientes cercanos por parte de adultos, una relación de confianza con un niño para ganar confianza y posterior seducción – nota del editor) y violencia sexual, y cómo buscar ayuda en tales casos.
“Todo el mundo debería saber que su cuerpo le pertenece a él y solo a él, y que nadie más tiene derecho a interferir”, dijo Rabaa Gesmi, maestra integral de educación sexual capacitada en los cursos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), en Soussa, Túnez.
Zandil Simelane, una activista por los derechos de los jóvenes en Durban, Sudáfrica, dijo al UNFPA que ella misma podría beneficiarse de la educación sexual. Ella era una adolescente cuando su vida colapsó. “A la edad de 17 años me diagnosticaron VIH”, compartió.
Esta noticia sorprendió a la chica. No había lecciones de educación sexual en la escuela donde estudió Zandil, y sabía poco sobre métodos anticonceptivos y cómo protegerse de las invasiones de adultos depredadores.
“Sé exactamente de dónde lo saqué, del “bendito”, dice Zandil. “Bendición” es un término utilizado en su país para describir a un anciano que “bendice” a niñas y mujeres jóvenes de familias pobres con teléfonos móviles, dinero y otros regalos, a menudo a cambio de sexo.
Después de lo que le sucedió a ella, Zandil se involucró activamente en organizaciones juveniles, incluida la Red Africana de Jóvenes y Adolescentes apoyada por el UNFPA. Ella cuenta su historia para ayudar a otros a evitar tal experiencia.
Verdad: Las consecuencias negativas, o en el mejor de los casos, la ausencia de cualquier consecuencia, que enseña a los adolescentes exclusivamente la abstinencia están bien documentadas. No reduce las tasas de embarazo adolescente o VIH y otras infecciones de transmisión sexual.
Las personas que tienen el principio de abstinencia inculcada tienen menos probabilidades de usar anticonceptivos, tienen un mayor riesgo de infección por el virus del papiloma humano, entre ellos también hay una mayor tasa de embarazos fuera de la masema.
Verdad: Los estudios muestran que los jóvenes que han sido educados sexualmente más tarde comienzan a tener relaciones sexuales, usan anticonceptivos y tienen menos parejas sexuales. Una residente de Vietnam, Linh Hoang, ha encontrado una forma innovadora de difundir información relevante.
Fundadora y CEO de la plataforma integral de educación sexual TeenUp, ayuda a realizar lecciones apropiadas para la edad y la cultura de los estudiantes con una aplicación móvil que cubre temas como la anticoncepción y la higiene personal.
Según ella, gracias a las asociaciones con escuelas y maestros locales, más de 50,000 niños y padres ya han participado en su proyecto, lo que les permitió cambiar su percepción del problema y los alentó a discutirlo de manera saludable.
Verdad: El programa integral de educación sexual se selecciona para un país o región, teniendo en cuenta las condiciones y tradiciones locales, y se enseña con el apoyo de líderes culturales de cada comunidad. Por ejemplo, en Bután, el UNFPA trabaja con monjes.
“Ha habido un cambio en el pensamiento de los monjes, que ahora están discutiendo libremente temas de violencia sexual y de género, que en el pasado se percibían como algo privado”, dijo a UNFPA uno de los primeros monjes que apoyó esta iniciativa, Lopen Sherab Dorji del Cuerpo Monástico Central.
Verdad: La educación sexual no fomenta ni promueve ningún “estilo de vida” específico, su objetivo principal es garantizar la salud, el bienestar y la seguridad de los adolescentes. Sin embargo, la educación sexual también reconoce la necesidad de proteger los derechos de las personas, independientemente de su género y orientación sexual.
Kjal Sin Htet, un profesor LGBTQIA+ en Mon, Myanmar, se enfrentó constantemente a la discriminación y el aislamiento cuando era niño y adolescente por los mitos y la falta de educación sexual. “Me di cuenta de mi identidad de género cuando tenía solo 10 años”, dijo al UNFPA.
“Cuando investigué mi identidad y comencé a usar el maquillaje de mi madre, la reacción llegó de inmediato, tanto en casa como en la escuela”, dice Kjal Sin Htet. Su experiencia, llena de intimidación y acoso, formó su determinación. Kjal Sin Htet colabora con una organización local que es socio del UNFPA.
Verdad: Los niños en algún momento se enfrentarán a problemas relacionados con la sexualidad, nos guste o no, por lo que es extremadamente importante que estén informados y listos para resolverlos.
La educación sexual integral sin mitos les proporciona conocimientos y habilidades apropiadas para su edad que les ayudan a evitar el embarazo, comprender el concepto de consentimiento, tomar decisiones responsables y reconocer la depredación y la violencia. Tal educación a menudo es importante para los representantes de las comunidades marginadas.
Verdad: La educación sexual corresponde a la edad y al nivel de desarrollo. En ausencia de tal educación, los niños y jóvenes tienden a escuchar información poco confiable difundida por sus compañeros, usuarios de Internet y redes sociales.
En Angola, la iniciativa, apoyada por el UNFPA, educa a los jóvenes y los prepara para convertirse en el líder de datos fiables sobre sexualidad y salud reproductiva entre sus compañeros. “Esto cambia vidas y empodera a los jóvenes”, dijo el UNFPA Sylvia Francisco, activista de la ciudad de Luanda, señalando que esta iniciativa ayuda a superar problemas profundamente arraigados en el país.
En Senegal, Hadi, de 19 años, se inscribió para su primer examen ginecológico después de asistir a un curso integral sobre sexualidad. “Aprendí mucho sobre mi salud”, dijo al UNFPA, señalando que es difícil para los jóvenes de su país encontrar información sobre salud sexual y reproductiva.
Verdad: La educación sexual integral no fomenta la masturbación. Los niños comienzan a explorar su cuerpo a una edad relativamente temprana. Los profesores les hacen saber que esta es una práctica normal. Están especialmente capacitados en cómo responder a preguntas delicadas planteadas por los jóvenes. Durante el curso de educación sexual, los profesores proporcionan información objetiva, no didáctica.
Verdad: La educación sexual protege a los niños y no llama a la despenalización del comportamiento de los adultos que tienen relaciones sexuales con niños o la abolición de la edad de consentimiento. El abuso sexual de niños es un delito, y la educación sexual ayuda a combatirlo.
Una tigista de Etiopía fue violada cuando era adolescente, en la casa donde trabajaba como empleada doméstica. La despidieron cuando dio a luz a un hijo. Para sobrevivir y mantener al bebé, la niña se protutía. Una organización local que coopera con el UNFPA vino en ayuda de Tigist. Como resultado, la chica se convirtió en activista y mentora y ayuda a educar a los jóvenes.
Verdad: La sexualidad es de alguna manera inherente a una persona a lo largo de la vida. La educación sexual es un proceso de por vida y es relevante para todas las edades. La educación sexual ayuda a los niños a aprender sobre su cuerpo, emociones, vida familiar, relaciones, principios básicos de consentimiento y qué hacer si son sometidos a violencia o abuso. N
