El 13 de agosto de cada año se celebra el Día Internacional del Zurdo, una conmemoración dedicada a reconocer a las personas zurdas y a concienciar al resto de la población sobre los desafíos que enfrentan en un mundo predominantemente diseñado para diestros.
Hasta hace algunas décadas, ser zurdo se consideraba un estigma o una desviación, que muchos deseaban ocultar o “revertir” y obligaba a los pequeños a usar exclusivamente la mano derecha para actividades esenciales como escribir.
Aunque ser zurdo ahora se ve con normalidad, antes era motivo de discriminación y estigma social. En la Edad Media, la Inquisición persiguió a las personas zurdas por ser consideradas brujas.
Una idea errónea sobre los zurdos, y que se mantuvo durante varios años, es que tenían una especie de predominancia de un hemisferio cerebral. Sin embargo, un estudio realizado por la Universidad de Ruhr, Alemania, demostró que la forma asimétrica de la médula espinal es la verdadera causa de que haya zurdos y diestros.
El ser zurdo y no diestro también ha sido una característica a resaltar en personalidades reconocidas a nivel mundial. En la ciencia y el arte se recuerda como zurdos a los científicos Isaac Newton, Albert Einstein y Marie Curie, y a artistas como Miguel Ángel, Rubens, Van Gogh y Leonardo da Vinci.
En la música los zurdos también están presentes. Músicos como Paul McCartney, Bob Dylan, Ringo Starr, David Bowie y Jimmi Hendrix también se encuentran dentro de la población zurda.
En tanto, los deportistas como Diego Armando Maradona y Rafael Nadal destacaron por ser zurdos. Otras personalidades identificadas como zurdas son Beethoven, Hitler, Marilyn Monroe, Vladimir Putin, Barak Obama y Bill Gates.
El funcionamiento del cerebro entre zurdos y diestros ha sido también un tema de debate. Se han encontrado pequeñas diferencias en el funcionamiento del cerebro entre personas diestras y zurdas, pero son mínimas, afirma el doctor en neurociencias Diego Redolar, subdirector de investigación de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
“En la corteza motora de una persona zurda el hemisferio derecho tiene un peso funcional mayor que el izquierdo. En el cerebro, el control motor lo realiza el hemisferio contralateral a la extremidad movida”.
Y añade: “Si yo muevo la mano izquierda, quien controla el movimiento es la corteza motora derecha, y al contrario. En este sentido, a nivel motor, las personas solemos tener una preferencia por un lado del cuerpo o el otro, y por eso hablamos de diestros o zurdos. También hay algunas personas que son bilaterales, pero es un porcentaje menor”.
“Para la mayor parte de las personas diestras el hemisferio más importante para el lenguaje es el izquierdo. Con la mayoría de los zurdos no es así”, indica el experto.
Aunque existe un porcentaje importante de zurdos donde el lenguaje está lateralizado en el hemisferio izquierdo, hay personas zurdas que tienen el lenguaje en el hemisferio derecho, y algunas que tienen el lenguaje en los dos hemisferios.
En cuanto a la implicación funcional de esta característica, el investigador explica que no se ha encontrado ninguna, salvo en el caso de patologías como isquemias o accidentes cerebrovasculares.
“Para el lenguaje, el hecho de ser zurdo puede ser un aspecto positivo si el lenguaje está en los dos hemisferios. Una persona diestra que tiene una lesión que afecta al hemisferio izquierdo, a las áreas del lenguaje, pierde el lenguaje por completo”, explica Diego Redolar.
“Sin embargo, una persona zurda que tenga el lenguaje en los dos hemisferios, aunque la lesión afecte a uno de los dos hemisferios, el otro todavía queda, y, por tanto, la pérdida funcional, en este caso el lenguaje, suele ser menor”.
En décadas anteriores se presionaba a los niños zurdos a escribir con la mano derecha; empero, los expertos indican que esto no debería de ser practicado. Y la razón es que, si una persona muestra desde pequeña una preferencia manual para utilizar la mano izquierda, modificar esa preferencia significa luchar a contracorriente porque su cerebro se está organizando de esa manera, y lo más beneficioso es dejar que la preferencia se dé en función de cómo está organizado el sistema nervioso.
“Por eso se habla del ‘zurdo contrariado’, que son personas zurdas a las que han obligado a escribir, trabajar y demás tareas para las que se necesitan las manos con la derecha. La experiencia nos ha enseñado que esto sí puede generar un trastorno porque se obliga a la persona a utilizar su mano más ‘débil’, por así decirlo, y necesitará más tiempo para todas aquellas habilidades que precisen de la coordinación oculomanual”, explica la psicopedagoga Sylvie Pérez, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.
“Si mi naturaleza es que esa coordinación se decanta por la izquierda y yo me fuerzo a hacerlo con la derecha, necesitaré más tiempo y lo haré con más torpeza a la hora de aprender a automatizar un movimiento”, añade.
En este Día del Zurdo, los expertos opinan que el hecho de que el mundo esté pensado para la mayoría diestra puede hacer que una persona zurda se sienta diferente y viva esa diferencia como algo negativo.
“La sociedad te puede llegar a discapacitar. Si quieres cortar con unas tijeras y no tienes unas tijeras para una persona zurda, seguramente no cortarás bien, o cortarás peor que los demás. Eso te puede generar una frustración o un sentimiento de impotencia o un sentimiento constante de inferioridad”, señala Sylvie Pérez.
Al igual que puede crear cierto malestar el hecho de tener que anticipar que vas a necesitar una silla de zurdos para un examen, por ejemplo. “Todo eso te puede condicionar. Pero, sabiéndolo, se puede trabajar esa autoestima en caso de que se vea afectada”, afirma.
