La nueva novela del antropólogo e historiador Christian Duverger, doctorado por la Sorbona y profesor catedrático de antropología de Mesoamérica, busca redescubrir, desde la literatura, nuevas dimensiones sobre uno de los personajes más controvertidos en la historia de México: Hernán Cortés. Memorias de Hernán, su obra más reciente, explora otra cara del mestizaje que apunta a una comprensión más justa y compleja de los personajes de la Conquista.
Desde su infancia, Christian Duverger ha sentido fascinación por México, su historia y su cultura. Sin embargo, desde entonces el autor ha detectado el gran vacío histórico que envuelve a la figura de Hernán Cortés y considera necesario el hecho de abordarlo.
Este ha sido uno de los grandes motivos académicos y literarios del historiador francés, lo cual es notable en la producción de un gran número de obras dedicadas al asunto: La flor letal (1983), Cortés (2005), El primer mestizaje (2007), Crónica de la eternidad (2012) y, ahora, su más reciente incursión en la figura del conquistador desde la novela histórica, Memorias de Hernán (editorial Grijalbo, 2023).
En entrevista con Newsweek en Español, Christian Duverger comparte lo que lo motivó a volver a Hernán Cortés, pero esta vez abordando la temática desde un formato diferente y con una intención distinta. En esta ocasión “el libro presenta dos aspectos fundamentales: la relación entre Cortés y la Malinche y la importancia de repensar el mestizaje”.
Por un lado, explica el antropólogo francés, “la relación entre Cortés y la Malinche se plantea como una historia de amor, lo cual, si se piensa, representa un cambio radical. Siempre se ha concebido el contacto entre el mundo español como el que asume un papel masculino ante un mundo indígena sumiso, sometido a la fuerza por una relación violenta, una relación de violación”.
A través del cambio narrativo que supone esta perspectiva desde la relación entre el conquistador y la Malinche, se activa la posibilidad de pensar de otra manera el proceso del mestizaje.
El mestizaje, dice el autor, “era una dinámica cultural mesoamericana que se practicaba desde 25 siglos antes de la llegada europea al nuevo continente”.
En ese sentido, el mundo al que llegó Cortés estaba sedentarizado y no habría sido posible sin la integración de distintas sociedades. Christian Duverger explica cómo Cortés y sus hombres se adaptaron a las dinámicas multiculturales de Mesoamérica, pues “la intrusión de 500 hombres a un mundo de 25 millones de habitantes hubiera sido imposible sin un proceso de adaptación cultural”.
La idea de una amenaza europea, para este historiador, “no existe”, o al menos es más difícil de sostener si se ve de esta manera. En su lugar, el autor considera que este cambio de enfoque supone una “oportunidad para organizar una nueva comprensión del mestizaje” basada en la aceptación de lo otro.
Por lo mismo, en palabras del autor, “es importante presentar un Cortés humano, que tiene una relación amorosa con la Malinche y que escribe con amor a su hijo Martín, el primer mestizo”.
Duverger considera que su deber como historiador implica reconstruir la personalidad de Cortés a través de documentos históricos. Sin embargo, los documentos no siempre son suficientes para una empresa de esta magnitud. Por esta razón, ha optado por recurrir a la creación literaria.
Por ello, aunque en su última obra emplea una narrativa novelística, menciona que aproximadamente “el 80 por ciento de lo que dice sobre la personalidad de Cortés y los demás personajes de la obra se basa en una reconstrucción hecha a partir de documentos auténticos”.
A pesar de eso, dado que las lagunas en la información histórica son inevitables, el autor se vio en la necesidad de llenar esos vacíos desde la interpretación y la creatividad literaria.
La historia de la Conquista, en palabras de Duverger, “no se puede entender sin pasar por la relación entre Cortés y Malinche como una historia de amor. Hay que leer La segunda Carta de Relación y en cada página encontraremos una declaración de amor a México, su cultura, sus árboles, su gente y sus ríos. Entonces, yo no hago una reconstrucción artificial, hablo de algo que en efecto pasó”.
Desde sus obras anteriores y ahora en Memorias de Hernán, el Cortés de Duverger escapa al hecho de ser categorizado como un mero conquistador y apuesta por una comprensión más amplia y humana del personaje a la hora de juzgarlo ante el tribunal de la historia.
Según el historiador, “Cortés fue un hombre moderno en muchos aspectos” y distante de la imagen de un bárbaro. El libro destaca la habilidad de Hernán como escritor y reconoce la comprensión de este personaje sobre el poder político de la palabra escrita.
Duverger resalta cómo Cortés utilizó esta habilidad para establecerse en un mundo nuevo basado en las ideas del humanismo de su época: “No era un bárbaro; era alguien que conocía muy bien a sus clásicos, comprendía el poder de la comunicación y llegó a un mundo nuevo con un espíritu moderno y republicano, y que tras la Conquista jugó un papel muy importante en la consolidación de México ante el mundo europeo”.
Cercanos al final de la entrevista, el autor declara que le parece importante cambiar la percepción que se tiene en México sobre la Conquista y el mestizaje porque “es un país culturalmente mestizo, la historia de México es la historia de un encuentro y resignificar la apertura a otros mundos es sumamente importante”.
El autor francés ofrece una narrativa matizada y humanizada del conquistador que desafía la comprensión común de sí mismo. No obstante, como cualquier reinterpretación histórica y documental, lleva consigo una invitación al cuestionamiento y al debate con el fin de enriquecer la comprensión general de las figuras históricas y sus legados.
Al leer esta obra, el autor invita a sus lectores a participar activamente en la exploración de la figura de Cortés y a contribuir al constante proceso de reinterpretación y comprensión de la historia. N
