Escuchar música es beneficioso para su salud, determina un nuevo estudio que descubrió que quienes escuchan sus canciones favoritas tienden a reducir cualquier tipo de dolor que puedan sentir. Los científicos de una universidad de Montreal, Canadá, publicaron sus resultados en la revista Frontiers in Pain Research tras realizar un estudio en el que los participantes recibieron estímulos térmicos moderadamente dolorosos en el antebrazo interno.
“Cantar con los demás por la salud y el bienestar puede renovar la mente y ajustar el estado de ánimo”, indica el documento. Los estímulos provocaban una sensación similar a la de una taza de té caliente sostenida contra la piel. Los participantes del laboratorio “Roy Pain” de la Universidad McGill en Montreal, Quebec, fueron invitados a escuchar extractos de música de aproximadamente siete minutos de duración cada uno, según el estudio.
Los científicos descubrieron que el dolor se “reducía considerablemente” en los participantes si escuchaban una de sus músicas favoritas, en tanto, las pistas relajantes desconocidas no tuvieron el mismo efecto. La terapia musical es prometedora en el tratamiento de la depresión y los obstáculos para hablar.
La música se ha utilizado para aliviar el dolor durante siglos, y en los tiempos modernos, se ha descubierto que reduce el dolor y la ansiedad en los pacientes, así como la necesidad de medicamentos. Sin embargo, los mecanismos por los que la música reduce el dolor no se entienden bien. Algunos estudios han indicado que la música preferida seleccionada por el sujeto es más efectiva para reducir el dolor que la música seleccionada por el experimentador pero la estructura de la preferencia musical y su contribución al alivio del dolor no se han examinado a fondo.
El experimento se llevó a cabo con dolor térmico y escucha de música con 63 participantes (14 hombres, 49 mujeres), en el que se combinaron extractos de música con estímulos térmicos. Las calificaciones de dolor de intensidad y desagradable, así como las variables de respuesta emocional, se calificaron en escalas analógicas visuales.
También se realizó breves entrevistas estructuradas sobre la música favorita de los participantes, en las que hubo un análisis de contenido temático, así como de variables de emoción por sus efectos en las calificaciones del dolor.
El estudio explica que “el dolor es una carga social e individual significativa, y existe la necesidad de formas alternativas de aliviarlo sin depender demasiado de los analgésicos farmacológicos, que pueden producir efectos secundarios y dependencias”.
La música puede ser una intervención no farmacológica viable para aquellos que se someten a cirugía, recuperación quirúrgica o con afecciones de dolor crónico, señala el texto. Para optimizar las estrategias de selección de música para aliviar el dolor, la investigación necesita identificar los atributos musicales específicos o las respuestas emocionales responsables de la hipoalgesia inducida por la música, concluye. N
