Últimamente hemos escuchado mucho sobre el metaverso, que es una tecnología que cambiará al mundo, que en un futuro será un mundo virtual normalizado, además de que lo vemos representado en películas, series, videojuegos, etcétera. Según un estudio sobre tecnologías emergentes en Latinoamérica, las organizaciones de América Latina están en 51 por ciento más dispuestas a experimentar con soluciones para las personas basadas en metaverso. Pero ¿en realidad sabemos qué es y cómo nos impactará como sociedad?
Empecemos por definir qué es. El metaverso viene de la junción del prefijo “meta”, que significa transcendente, con la palabra “universo”, y describe un mundo virtual y sintético interconectado al mundo físico. El término apareció la primera vez en el libro Snowcrash, de Neal Stephenson.
Pero el hecho es que la existencia de mundos virtuales “habitables” existen desde hace mucho tiempo en la cultura y en nuestros sueños. Comenzando con la película Tron, de 1982, hasta la más actual, Real Player One, pasando por la clásica Matrix. Esa idea también fue representada en innumerables videojuegos, como PKXD, Roblox y Fortnite, en los que, representados por avatares, paseamos, trabajamos y combatimos en mundos virtuales.
El metaverso utiliza la realidad aumentada y virtual (RA y RV) para situar a los usuarios en un mundo digital. Es como si pudiéramos atravesar la pantalla de nuestra computadora e interactuar con el otro lado, la interacción en esta nueva internet es totalmente inmersiva. Y, de la misma forma, lo virtual atraviesa la frontera hacia nuestra realidad.
Uno de los beneficios más notables del metaverso es el hecho de que hace completamente irrelevantes las barreras geográficas. Y es que, en el mundo virtual, la ubicación física deja de importar y ya nadie está atado a ella.
El metaverso actuará como un espacio neutral en el que todos podrán encontrarse como iguales hasta cierto punto. Es mucho más que una versión mejorada de los actuales canales de las redes sociales.
Entre sus características clave está que existe gracias a las tecnologías de cadena de bloques (blockchain), que permiten almacenar y registrar transacciones de forma inmutable. Gracias a esta característica, el metaverso está resolviendo problemas importantes en diversos sectores.
No obstante, dado que el metaverso aún está en desarrollo, muchos campos solo pueden predecir cómo podría cambiar el mundo. Sin embargo, existen varios retos y factores que se deben considerar con el uso de esta tecnología.
El primero está relacionado con la privacidad. La cantidad de información que el metaverso tendrá sobre nosotros será grande y potencialmente comprometedora. Una violación de datos tendría un impacto negativo de gran alcance que sería difícil de superar. El metaverso debe construirse con la privacidad como premisa de diseño.
Otro aspecto importante a considerar sería la diversidad. El metaverso debe permitir que todos los grupos se conecten y estén representados en los diferentes aspectos de la diversidad: género, etnia, edad, raza, sexo, etcétera.
El siguiente factor social a tener en cuenta es la ciberadicción, que ya es un problema en la sociedad y debe ser controlado. El metaverso puede ofrecer experiencias con un potencial adictivo mucho mayor. También debemos considerar la ocurrencia de acoso cibernético (cyberbullying) y evitar comportamientos ofensivos o dañinos de grupos contra usuarios, seguridad de dispositivos de RA, aceptación de avatares, entre otros.
Por último, un interesante debate que termina surgiendo en este modelo es el futuro de la humanidad digital. Los avatares viejos o que los creadores ya no sean capaces de utilizar, pueden continuar en el metaverso y por lo tanto coexistir con nuevos usuarios, lo que abre el debate sobre el futuro de la humanidad digital. Para una buena comprensión de este punto, recomiendo el episodio “San Junípero”, de la serie Black Mirror.
Estamos ante un lienzo en blanco. Pero un lienzo que puede definir la propia evolución de la humanidad y de la sociedad. Aunque las oportunidades son increíbles debemos actuar con precaución y responsabilidad, para aprovechar lo mejor de la tecnología y no perdernos en eventos imprevistos.
La gente seguirá necesitando la interacción humana real. Sin embargo, el metaverso podría crear mejores formas de comunicarse con quienes están lejos. Podría facilitar a los usuarios las visitas al médico, las compras, el trabajo y el estilismo. Aunque aún está en sus primeras etapas, el metaverso podría convertirse en algo que cambie vidas en todas partes. N
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Juan Carlos Montero Vilchis es jefe de Tecnología Digital en NTT Data México. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.
