Según el informe State of Air 2022, de la Asociación Estadounidense del Pulmón, alrededor del 40 por ciento de los estadounidenses, más de 137 millones de personas —en su mayoría en el oeste—, viven en lugares que tienen niveles nocivos para la salud por la contaminación por partículas u ozono. La calidad del aire en Estados Unidos ha empeorado notablemente en la última década debido en gran parte a los incendios forestales que son cada vez más grandes y frecuentes con el calentamiento del clima.
En septiembre de 2020, los cielos de Oregón, en Estados Unidos, se pintaron de carmesí cuando decenas de incendios forestales arrasaron los bosques de las Montañas Cascade. En solo tres días, las llamas abarcaron casi 4,000 kilómetros cuadrados, más de lo que se había quemado el estado costero durante 36 años.
De acuerdo con la revista Nature, la Autoridad de Salud de Oregón documentó un aumento del 38 por ciento en las visitas relacionadas con problemas respiratorios a los departamentos de emergencia de los hospitales durante septiembre de 2020, en comparación con el mes anterior.
“Fue el peor periodo de dos semanas que experimenté por la contaminación del aire en cualquier lugar, incluidos India, China y Bangladés”, comentó Perry Hystad, de la Universidad Estatal de Oregón, quien estudia los impactos en la salud por la contaminación del aire.
En la revista se retoma el tema del cambio climático como causante de que las regiones sean más susceptibles a las sequías que perjudican los suelos y exponen los lechos de los lagos, que generan grandes columnas de polvo en el aire. Al problema se suman las emisiones de la agricultura, el transporte y el desarrollo de combustibles fósiles en California y los estados del suroeste, los cuales conducen a altos niveles de ozono a nivel del suelo.
“El problema está empeorando en todo el mundo. A nivel mundial, se espera que la cantidad de incendios forestales extremos aumente un 14 por ciento para 2023 y hasta un 30 por ciento para finales de 2050”, indicó Nature con base en un informe de febrero del Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA).
Los efectos de la contaminación del aire en la salud son graves. Los estudios sobre el humo de los incendios forestales han relacionado su exposición con un mayor número de visitas al hospital por problemas respiratorios, asma y un incremento de casos de enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
“Un estudio publicado este año rastreó a 2 millones de personas en Canadá durante aproximadamente 20 años. Descubrió que las personas expuestas a un incendio forestal dentro de los 50 kilómetros de su hogar, en la última década, tenían una incidencia aproximada de 5 por ciento mayor de (tener) cáncer de pulmón”, informó Nature.
Con estos datos, los investigadores aseguran que se necesita una evaluación de los impactos acumulados en la salud de todas las fuentes de contaminantes del aire, para así establecer nuevas políticas; particularmente para las personas que no pueden evitar la exposición, como los trabajadores externos. N
