
En los próximos años el Estado y la Ciudad de Aguascalientes enfrentarán retos significativos a su seguridad hídrica. Por un lado, se observa un abatimiento acelerado en el nivel de los acuíferos que representan el 70% del agua consumida.
En los acuíferos la extracción supera a la recarga por un volumen equivalente a llenar 700 veces el Estadio Victoria cada año y la calidad del agua tanto en fuentes superficiales como subterráneas se ha deteriorado de manera importante.
Este riesgo se verá potenciado por los 130 puntos de descarga de aguas residuales municipales sin tratamiento. Sumado al cambio climático, derivado del cual se espera que para el 2030, haya una reducción de casi el 15% en la disponibilidad del agua para la zona.
Estas situaciones representan un grave riesgo para el desarrollo económico y social, así como para la integridad de los ecosistemas de los que depende la Ciudad y el Estado no solo para abastecerse de agua, sino para obtener otros beneficios como salud, biodiversidad y la capacidad para mitigar los efectos del cambio climático.
La situación es crítica actualmente por la dependencia de las fuentes de agua subterránea que presentan un déficit considerable.
Amenazas para la seguridad hídrica
En los usos agrícolas se utiliza entre 40 y 70% más agua de la necesaria para los diferentes cultivos bajo riego y constituyen el 70% de la extracción total.