
A decir de un informe de la organización no lucrativa World Animal Protection (WAP), Estados Unidos se encuentra a la zaga de países como México e India en términos de las legislaciones adoptadas para la protección de animales de granja y silvestres.
En su Índice de Protección Animal más reciente (API, siglas en inglés de una clasificación sobre las políticas de bienestar animal adoptadas en 50 naciones), la organización otorgó a Estados Unidos la calificación de “D”, en tanto que los dos países antes mencionados recibieron cada cual la puntuación de “C”. Los autores del informe agregaron que la calificación estadounidense no ha mejorado desde que WAP realizó su primera evaluación API en 2014.
Según los resultados API, las leyes de protección animal en los niveles estatales de Estados Unidos -donde se origina la mayor parte de las legislaciones- son inadecuadas, inconsistentes y a veces, contradictorias. En tanto que, en el nivel federal (que ha implementado muy contadas leyes), WAP halló que no hay reglamentos suficientes para la rendición de cuentas [responsabilidad gubernamental].
La siguiente lista detalla los cuatro argumentos con que los autores del informe justifican la calificación de “D” para Estados Unidos:
Los expertos de WAP afirman que, de no mejorar los estándares, no solo habrá millones de animales que seguirán sufriendo, sino que también aumentará el riesgo de que haya más brotes de enfermedades.
En un comunicado enviado a Newsweek, Alesia Soltanpanah, directora ejecutiva de la representación estadounidense de World Animal Protection, advirtió: “Cuanto más tiempo persistan las malas prácticas de bienestar animal, mayor será el riesgo de ocurran brotes zoonóticos frecuentes, como salmonela, influenza aviar y la reciente pandemia de COVID-19 que está asolando el mundo”.
“Mejorar las condiciones de los animales de granja y acabar con el comercio de especies exóticas no solo garantizará el bienestar de miles de millones de animales, sino que también contribuirá a prevenir la próxima gran amenaza para la salud de las personas”, aseguró Soltanpanah.
“Estados Unidos no tiene una legislación federal para proteger a los animales de granja durante la fase de cría, mientras que los sistemas de producción intensiva en instalaciones hacinadas son la norma en este país. Esa práctica ocasiona que los animales se estresen y desarrollen inmunodepresión, pero también destruye el medio ambiente y pone en riesgo la salud de las personas y la vida silvestre de la zona”, agregó.
“Por otra parte, Estados Unidos sigue autorizando la granjas de peletería, y permite que los animales sean utilizados para fines recreativos que ocasionan un sufrimiento enorme”, acusó Soltanpanah.
En 2014, cuando la organización publicó su primer índice API, Estados Unidos contaba con unas cuantas leyes de nivel estatal, incluidas la ley de 1970 para la Protección del Caballo, la ley de 1958 sobre Métodos de Matanza Humanitarios, y la Ley de Bienestar Animal de 1966 (AWA, por sus siglas en inglés), la cual define estándares generales para la crianza de ciertos animales destinados a la comercialización y utilizados en exhibiciones públicas, en investigaciones biomédicas o para transporte.
A partir de aquel informe, Estados Unidos adoptó varias legislaciones tanto estatales como federales que mejoraron el estándar de vida de los animales. Entre ellas, el informe destaca los siguientes ejemplos:
Pese a todo, esos logros no bastaron para mejorar la calificación de Estados Unidos, y la razón es que la presidencia Trump ha debilitado muchas de las protecciones otorgadas a los animales. En su comunicado, Soltanpanah presenta el siguiente listado de las medidas implementadas por la Casa Blanca:
Soltanpanah insiste en que, pese a las legislaciones prometedoras aprobadas en los últimos años, con sus esfuerzos para debilitar la protecciones animales (por no hablar de la abundancia de “lagunas legales” y de las excepciones contempladas en las leyes de bienestar, que afectan a muchas especies), la presidencia estadounidense está ocasionando que muchos animales sigan sufriendo.
“Este índice debe ser una alarma para nuestros líderes políticos, pues transmite el mensaje de que no estamos protegiendo a la enorme mayoría de los animales de Estados Unidos”, enfatizó Soltanpanah en su comunicado. “Hacemos un llamado para que la presidencia Trump y los gobiernos locales eleven los estándares de bienestar animal, y contemplen la protección de los animales en los importantísimos debates actuales sobre temas como alimentación, salud pública y desarrollo sostenible”.
Con la publicación de su índice API, World Animal Protection insta a las autoridades estatales y federales a que aumenten las protecciones para los animales de granja y para las especies silvestres de Estados Unidos. Al mismo tiempo, el documento propone una serie de recomendaciones que incluyen:
Si bien el índice API no confirió la calificación de “A” a país alguno, Suecia, Reino Unido y Austria recibieron la puntuación más alta (todos con “B”). Por otra parte, en el extremo opuesto de la escala se encuentra Irán, con una calificación de “G”. Esta puntuación indica que ese país carece de toda política o legislación que reconozca la existencia de los animales sintientes; y no solo eso, también revela sus fallos en otras áreas, como responsabilidad gubernamental en lo tocante al bienestar animal.
Por último, el informe de WAP señala que, en lo referente a la agricultura intensiva y/o los mercados de vida silvestre, las prácticas de bienestar animal observadas en Estados Unidos, China, Vietnam, Egipto, Azerbaiyán y Bielorrusia podrían precipitar brotes epidémicos.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek