
Acorde a la tradición, desde el inicio de la gestión de Andrés Manuel López Obrador, se han publicado un conjunto de mediciones que dan cuenta de los altos niveles de aprobación que ostenta el presidente de la República. Entre ellas, destacan por su sistematicidad y continuidad las realizadas por Alejandro Moreno para el periódico El Financiero.
El dato más reciente de este periódico, con fecha del 1 de febrero, muestra que la aprobación presidencial es del 86%. A esta medición se le suma lo reportado por las principales agencias encuestadoras mexicanas, como Consulta Mitofsky y Parametría, las cuales señalan un 66% y un 83% de evaluación positiva, respectivamente.
Por otra parte, si consideramos el conjunto de encuestas hechas por El Financiero desde el 15 de diciembre, la evaluación positiva de Andrés Manuel López Obrador como presidente de la República promedia un 78.2% (gráfica 1).
Elaboración propia con datos de El Financiero
Estos resultados han llamado la atención porque 1) en comparación con las tres administraciones anteriores, el porcentaje de aprobación de López Obrador es mucho mayor (veáse gráfica 2) que la de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto al comienzo del primer año de gobierno; y 2) las medidas de austeridad gubernamental, que han tenido como resultado principal el despido de al menos 5 mil burócratas (tomando en cuenta solo al Sistema de Administración Tributaria y al ISSSTE), y las adoptadas para el combate al robo de combustible (‘huachicoleo’), que condujeron al desabasto de gasolina, no hicieron mella alguna en la percepción positiva del presidente.
Por el contrario, la aprobación se ha incrementado entre enero y febrero en 10 puntos porcentuales y entre diciembre de 2018 y febrero de 2019 en nueve puntos, con una tasa de crecimiento estos cinco meses del 12 por ciento.
Elaboración propia con Datos de Consulta Mitofsky y El Financiero
Al respecto, ¿qué hipótesis podemos esbozar que nos ayuden a entender el fundamento de la aprobación que ostenta el presidente de la República?
Más allá de una explicación centrada en el amplio margen con el que obtuvo el triunfo Andrés Manuel López Obrador (más de 30 millones de votos), el llamado bono democrático y su incidencia en la aprobación presidencial y de que las expectativas sobre lo que pueda hacer el gobierno de la llamada 4T (Cuarta Transformación) son grandes, en este texto propongo las siguientes:
Cada uno de los puntos antes enunciados requiere para su comprobación de mayor evidencia empírica, de más encuestas que se aboquen a indagar de manera específica si la aprobación presidencial se encuentra vinculada a nuevas orientaciones normativas, al impacto del discurso presidencial, al grado de correspondencia con las políticas implementadas o incluso con el temor a enunciar su verdadera opinión sobre la gestión del presidente.
En todo caso, nos encontramos, sin duda, ante un fenómeno inédito de y en la opinión pública mexicana.
El autor es profesor investigador de tiempo completo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Contacto: [email protected] / Twitter: @CarlosLuis74