
Los incendios forestales en Hawái, cuyo balance podría superar los 100 muertos, están entre los más mortíferos del siglo XXI que han devastado grandes regiones del planeta. Aquí te presentamos algunos de ellos.
Al menos 179 personas perdieron la vida en incendios forestales mortíferos en el sureste de Australia, especialmente en el Estado de Victoria, que sufrió un “sábado negro” el 7 de febrero de 2009. Los incendios forestales Consecuencia de temperaturas extremas y de la sequía, localidades enteras y más de 2.000 casas fueron devastadas.
En julio de 2018, un gigantesco incendio que consumió la estación balnearia de Mati, a unos 40 km al este de Atenas, causó 103 muertos. En unas horas, se quemaron más de 2,000 casas y cerca de 1,200 hectáreas. La mayoría de las víctimas quedaron atrapadas entre las llamas cuando trataban de huir del pueblo en sus vehículos. Otros se ahogaron al tratar de escapar por el mar.
A fines de agosto de 2007, el país, afectado por la sequía y tres olas de calor, ya había sufrido una oleada de incendios. Los fuegos más devastadores se registraron en el Peloponeso y la isla de Eubea (nordeste de Atenas), causando la muerte de 67 personas. En total, unas 80 personas murieron por los incendios durante ese verano boreal.
En agosto de 2021, gigantescos incendios devastaron durante más de una semana el norte de Argelia, en particular Kabilia, causando más de 90 muertos. Unas 26 prefecturas de las 58 que tiene el país resultaron afectadas por incendios, que redujeron a cenizas 100,000 hectáreas de vegetación.
El 8 de noviembre de 2018 al amanecer se declaró un incendio alrededor de Paradise, pueblo de 26.000 habitantes situado al norte de Sacramento (oeste). El fuego atizado por vientos violentos consumió durante más de dos semanas la región, provocando 86 muertos y quemando más de 62.000 hectáreas de vegetación.
El 17 de junio de 2017, en plena canícula, un incendio forestal quemó la localidad de Pedrogao Grande en la región de Leiria (centro). Las llamas activadas por vientos muy violentos afectaron durante cinco días unas 24,000 hectáreas de colinas de pinos y eucaliptus, y causaron 63 muertos, en su mayoría víctimas atrapadas en sus vehículos que fueron alcanzadas por las llamas cuando huían. N