El gobierno de México anunció que dará una “respuesta integral” a los aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y que buscará un “trato preferente” en la industria automotriz para mitigar su impacto económico.
La presidenta Claudia Sheinbaum señaló que la respuesta incluirá los gravámenes al acero, aluminio, automóviles extranjeros y los “aranceles recíprocos”, que se espera sean anunciados por Trump el 2 de abril. Además, aseguró que el 3 de abril se dará a conocer una estrategia detallada.
“Eso no quiere decir que se cierran las puertas del trabajo con Estados Unidos”, aclaró Sheinbaum, subrayando la importancia del diálogo y la negociación.
Sheinbaum insistió en que el T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) no debería incluir aranceles, ya que esto “va en contra de la esencia del tratado comercial”.
Por su parte, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, sostuvo una videollamada desde Washington en la que afirmó que México está buscando “un trato preferente” para reducir el impacto de estas medidas en la economía nacional.
“Si vamos a ir a un sistema de aranceles tan altos, lo que tenemos que buscar es un trato preferente para México”, dijo Ebrard, señalando que el objetivo es proteger el empleo y la actividad económica del país.
México exporta casi 3 millones de automóviles a Estados Unidos y provee el 40% de las autopartes que se consumen en ese país. Con la imposición de un arancel del 25% a la industria automotriz, se prevé que los costos aumenten y las ventas disminuyan, lo que podría afectar gravemente al sector.
Ebrard destacó que se están llevando a cabo negociaciones para obtener “un mejor precio” en las exportaciones mexicanas.
“Si van a cambiar el sistema con aranceles tan altos, tenemos que buscar un trato preferente para proteger los empleos en México”, declaró.
Expertos advierten que, si los aranceles propuestos por Trump entran en vigor, México podría entrar en recesión, ya que el país depende en más del 80% de sus exportaciones del comercio con Estados Unidos a través del T-MEC.
A pesar de que Trump argumenta que los aranceles incentivarán la apertura de nuevas fábricas en Estados Unidos, las automotrices estadounidenses se abastecen de piezas de todo el mundo, lo que podría generar complicaciones en la cadena de suministro y afectar a la industria en general.
Factores como el lugar de ensamblaje, el contenido de piezas nacionales, el origen del motor y la transmisión, así como la cantidad de empleados en Estados Unidos, influyen en qué tan “estadounidense” es un automóvil.
El Índice de Autos Fabricados en Estados Unidos de Cars.com sitúa a modelos de Tesla, Honda, Volkswagen y Toyota por delante del Jeep Gladiator, el primer vehículo de las marcas de Detroit en la lista, en el puesto número 8. Otros modelos, como el Ford Bronco Sport y el Maverick, se ensamblan en México, mientras que el Cadillac sigue siendo una marca 100% estadounidense. Sin embargo, Buick produce el Encore GX y Envista en Corea del Sur, y Chrysler ensambla la Pacifica en Canadá.
Según Patrick Masterson, investigador principal del índice, la mitad de los autos vendidos en 2024 en Estados Unidos fueron importados.
La Casa Blanca estima que esta medida recaudará 100 mil millones de dólares anuales, aunque su impacto en la economía de ambos países aún está por verse. N
