Las criptomonedas tiene un impacto negativo en el medioambiente derivado de las grandes huellas de carbono que se pasan por alto, indica un estudio reciente realizado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y publicado este martes 24 de octubre en la revista Earth’s Future.
Independientemente de la fuente de energía, la producción y transmisión de electricidad para la minería de criptomonedas, esta tiene numerosos impactos ambientales, señala el estudio.
Esto hace que el creciente mercado de divisas digitales sea un sector potencialmente contaminante con un nivel de huella ambiental mucho más que algunos métodos convencionales de transacciones digitales.
Por ejemplo, se cree que cada transacción de bitcoin (BTC) tiene una huella de carbono equivalente a más de un millón de transacciones VISA. Se proyecta que, en menos de tres décadas, el uso de BTC por sí solo puede producir suficientes emisiones de gases de efecto invernadero para impulsar el calentamiento global más allá del objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento climático antropogénico por debajo de 2 grados centígrados.
A pesar de estas expectativas alarmantes, las motivaciones financieras y tecnológicas para la minería de criptomonedas han suprimido la conversación en torno a sus costos ambientales.
“Evidentemente, el sector criptográfico se está integrando cada vez más en el sistema financiero global. La transición del mundo a una economía digital, facilitada por los principales avances tecnológicos, tiene varios beneficios.
“Pero, a medida que la demanda de intercambio e inversión en monedas digitales está creciendo más rápido que nunca, el mundo debe prestar mucha atención a los impactos ambientales ocultos y pasados por alto de este creciente sector”.
Aunque recientemente se han realizado algunos estudios para analizar los costos ambientales de las criptomonedas, “las incertidumbres en torno al alcance de estos costos siguen siendo considerables.
Además, los estudios anteriores se centraron en gran medida en las emisiones de carbono de las criptomonedas, no reflejando sus otros impactos ambientales importantes, como las huellas de agua y tierra que contribuyen en gran medida a la huella ambiental general del sector de las criptomonedas.
Durante la última década, los precios de las criptomonedas han crecido sustancialmente. Respectivamente, su volumen de comercio global y el número de transacciones han aumentado significativamente.
No hace mucho tiempo, algunas empresas importantes anunciaron oficialmente que convertirían partes de sus activos en criptomonedas, y aceptarían Bitcoin (BTC) o algunos otros tipos populares de criptomonedas como una forma de pago, aumentando la confianza y el interés global en el mercado de criptomonedas.
Con la creciente popularidad de las criptomonedas y su éxito en ganarse la confianza de las personas y los mercados de todo el mundo, incluso los gobiernos y muchos bancos centrales de todo el mundo están invirtiendo ahora en el lanzamiento de monedas digitales.
La era actual de la criptomoneda es comparable al meteórico aumento del precio del oro a principios de la década de 1970, lo que motiva la discusión en curso sobre si la criptomoneda puede ser un reemplazo del oro.
Sin embargo, a diferencia del oro, que requiere conocimiento previo y acceso a un recurso, la minería de criptomonedas se puede hacer simplemente a través de una inversión de capital razonable y un acceso confiable a la electricidad e Internet, indica el estudio.
Las bajas barreras de entrada permiten a las personas extraer criptomonedas incluso mediante el uso de una red eléctrica residencial. “Por lo tanto, dadas las tendencias y observaciones actuales, es realista predecir que las criptomonedas, las monedas digitales, los tokens no fungibles (NFT) y otros activos y productos de cadena de bloques tendrán un papel social, financiero y cultural inevitable en las sociedades modernas”.
Para resaltar la necesidad de tomar medidas regulatorias serias para monitorear y mitigar los impactos ambientales de las monedas digitales, se pueden evaluar las huellas ambientales de BTC como la forma más conocida de moneda digital, recomienda el estudio. Por último, pide más investigación sobre la evaluación integral de la transición a las criptomonedas y sus impactos en el medioambiente asociados. N
