Se estima que 333 millones de niños en todo el mundo, o 1 de cada 6, viven en la pobreza extrema, según un nuevo análisis de Unicef y el Banco Mundial publicado este 13 de septiembre. A nivel mundial, los niños representan más del 50 por ciento de los pobres extremos.
El informe “Tendencias globales de la pobreza monetaria infantil”, que por primera vez analiza las tendencias en la pobreza infantil extrema, encuentra que, si bien el número de niños que viven con menos de 2.15 dólares al día disminuyó de 383 millones a 333 millones (13 por ciento) entre 2013 y 2022, el impacto económico del covid-19 condujo a tres años perdidos de progreso, o 30 millones de niños menos de los proyectados en ausencia de interrupciones relacionadas con la pandemia.
“Hace siete años, el mundo prometió poner fin a la pobreza infantil extrema para 2030. Hemos progresado, demostrando que con las inversiones y la voluntad adecuadas, hay una manera de sacar a millones de niños de lo que a menudo es un círculo vicioso de pobreza“, dijo la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell. “Pero las crisis agravadas, a partir de los impactos del covid-19, los conflictos, el cambio climático y los choques económicos, han estancado el progreso y han dejado a millones de niños en la pobreza extrema”.
Según el informe, el África subsahariana lleva la mayor carga de niños, el 40 por ciento, que viven en la pobreza extrema, y representa el mayor aumento de la cuota en la última década, pasando del 54.8 por ciento en 2013 al 71.1 por ciento en 2022.
El rápido crecimiento de la población, las limitadas medidas de protección social y las desafiantes tendencias globales, como el covid-19, los conflictos y los desastres relacionados con el clima, han dado lugar a un fuerte aumento. Mientras tanto, todas las demás regiones del mundo han visto una disminución constante en las tasas de pobreza extrema, con la excepción de Oriente Medio y el norte de África.
A nivel mundial, los niños representan más del 50 por ciento de los pobres extremos, a pesar de que representan solo un tercio de la población mundial. Los niños tienen más del doble de probabilidades que los adultos, el 15,8 por ciento frente al 6,6 por ciento, de vivir en hogares extremadamente pobres, que carecen de los alimentos, el saneamiento, el refugio, la atención médica y la educación que necesitan para sobrevivir y prosperar.
Los niños más vulnerables, como los que viven en entornos rurales y los niños que viven en hogares donde la cabeza tiene poca o ninguna educación, se ven significativamente más afectados por la pobreza extrema. Según el informe, se estima que 1 de cada 3 niños en países afectados por conflictos y fragilidades vive en hogares extremadamente pobres, en comparación con 1 de cada 10 en estados no frágiles. N
