A un año del asesinato del director de la Casa del Migrante José Guadalupe Rivas Saldaña, la Iglesia Católica ha recibido explicaciones a medias, pero confía en que la autoridad hará justicia para el sacerdote y los miles de víctimas de homicidio.
El sacerdote católico fue encontrado muerto el 17 de mayo, dos días después de que se denunciara su desaparición. Su muerte despertó la exigencia para que se refuerce la seguridad de quienes trabajan con migrantes y refugiados en México.
En entrevista el arzobispo Francisco Moreno Barrón lamentó que no se aclare la muerte del padre Rivas Saldaña porque no se trata de uno más, y dijo que el mismo derecho que tienen las personas a vivir con dignidad es el que tiene de que se esclarezcan los homicidios.
“Es impresionante la cantidad de personas asesinadas de las que no se sabe absolutamente nada, no conocemos la causa por la que les quitaron la vida o por la que los han desaparecido” refirió e hizo un llamado para impulsar la cultura de la vida y no la cultura de la muerte.
Luego de que durante la semana apreció un cadáver junto a una de las bardas del Seminario Mayor, dijo que como Iglesia reprueban los actos de violencia y que de no rectificar se corre el riesgo de caer en la decadencia de la sociedad.
Recordó que en el pasado las grandes civilizaciones como la romana y la griega se debilitaron y desaparecieron porque cayeron en decadencia por lo que hizo un exhorto para cuidar las estructuras principales de la sociedad: familias y escuelas.
Lamentó que durante la administración federal encabezada por Andrés Manuel López Obrador se haya superado la cantidad de homicidios en todo el país y “todos nos hemos preguntado si será el último asesinato o faltan más”. N
