“Los videos de TikTok dirigidos al público sobre mpox (viruela del mono) con frecuencia proporcionan información incompleta e inexacta, lo que destaca los riesgos potenciales de usar esta red social como fuente de información de salud”, indica un estudio publicado en la revista científica BMJ Global Health.
Con más de 1,000 millones de usuarios en 2022, TikTok es una de las principales plataformas que la gente utiliza para buscar información y apoyo relacionados con la atención médica y proporciona un acceso rápido y generalizado a la información sobre problemas de salud pública, como el brote de mpox.
La calidad de la información en la comunicación de atención médica es crítica; la información de baja calidad puede inducir a error a los pacientes en sus decisiones de salud y contribuir a las crisis de salud, señala el estudio. Por ejemplo, según una encuesta de covid-19, 12 por ciento de los encuestados creían que inyectar desinfectante podría prevenir o curar el covid-19.
“La información en línea sobre mpox no está bien estudiada. Hemos analizado el contenido de los videos, la calidad de la información y la participación de la audiencia de los videos relacionados sobre mpox en TikTok.
“Al usar una estrategia de búsqueda basada en hashtags, identificamos 2,462 vídeos relacionados con mpox en TikTok del 1 de enero al 11 de agosto de 2022; 85 se incluyeron después de la selección de los criterios de exclusión”.
Los vídeos fueron evaluados para el contenido de las características y el tratamiento de mpox. La calidad del vídeo y la información se evaluó utilizando el instrumento DISCERN y los criterios del Journal of the American Medical Association (JAMA). “Grabamos la fuente de vídeo, las puntuaciones de evaluación y las métricas de participación de los espectadores. La prueba de Kruskal-Wallis se utilizó para el análisis estadístico y la regresión lineal múltiple para estudios de asociación de factores”.
De los 85 vídeos, dos evaluaron todos los temas de contenido y destacaron el 33 por ciento de todos los elementos de contenido en las directrices clínicas. Ningún vídeo cumple con todos los criterios de JAMA. El análisis de subgrupos basado en la identidad del autor sugirió la variación en las puntuaciones de vídeo por fuente.
Las puntuaciones generales fueron más altas para los vídeos producidos por médicos y comunicadores científicos que para los realizados por usuarios institucionales, enfermeras y el público en general. El análisis de regresión lineal múltiple mostró que tener personas en el video e incluir información sobre las opciones de tratamiento fueron determinantes significativos e independientes de la participación de la audiencia.
“Nuestros hallazgos destacan los riesgos de usar las redes sociales para obtener información de salud durante las emergencias de salud pública y fomentan el desarrollo de estrategias para construir un sistema eficiente de intercambio de información de salud”, indicaron los autores del estudio. N
