Laurence J. Peter fue un pedagogo canadiense que estudió los sistemas jerárquicos de las corporaciones norteamericanas y formuló el principio que encabeza este artículo. El asunto viene a cuento porque, el 7 de octubre del año en curso, llegó, por designio presidencial, Raquel Buenrostro a la Secretaría de Economía.
Raquel Buenrostro, a diferencia de otros funcionarios, no es un 10 por ciento de conocimiento y un 90 por ciento de lealtad. La secretaria es una matemática brillante y, en lo suyo, los impuestos, es muy eficiente. Tiene el sobrenombre de la “dama de hierro de la economía mexicana”, pero llega en un momento que no pareciera ser el mejor para que alguien con su perfil ocupe esta responsabilidad.
La maestra Buenrostro viene con una trayectoria de logros en su encargo anterior, donde aumentó los ingresos tributarios al tiempo que la economía se contraía. Esto lo hizo quitando los privilegios de que gozaban una serie de grandes industrias.
Un ejemplo de su habilidad numérica aplicada a las negociaciones lo tenemos en la remoción de la tasa cero a las importaciones temporales que las empresas automotrices tenían en partes importadas. Cuando los empresarios automotrices amenazaron con marcharse a otra parte dejando sin empleo a miles de obreros, Buenrostro les respondió que prefería pagar bonos de desempleo a sus obreros y empleados, pues le salía más barato que perder los 150,000 millones de pesos que por concepto de impuestos dejaba de percibir el país.
Así, el argumento de los empresarios rodó por tierra. Estos hicieron de tripas corazón y apoquinaron, pero los retos que enfrenta hoy Raquel Buenrostro son de índole muy distinta. En ellos la materia fundamental no gira alrededor de las matemáticas o la cuestión impositiva, sino de los acuerdos firmados por la actual administración que se ajustan a principios de derecho internacional.
Estos retos son dos: el primero es el panel de controversia para resolver la queja que inició Estados Unidos en función de la reforma eléctrica del presidente López Obrador. Y el segundo, la queja de México y Canadá contra la política estadounidense en cuanto a los incentivos a la industria automotriz.
De las dos controversias, la primera, la queja de los norteamericanos por la reforma eléctrica, puede tener consecuencias funestas. La dinámica de solución de la queja considera un tiempo conciliatorio en el que se permite a las partes llegar a un mutuo acuerdo antes de comenzar el engorroso proceso de exposición y demostración de las causas de las quejas. El periodo para llegar a un acuerdo conciliatorio se ha terminado, así que eventualmente los estadounidenses anunciarán el inicio de las argumentaciones en el panel arbitral.
La reforma eléctrica viola los acuerdos del T-MEC, fundamentalmente uno que es el de no dar ventajas a alguna empresa nacional por sobre las empresas internacionales que han venido a ofrecer servicios similares a los de la empresa nacional. En la reforma se le otorgaron a la CFE una serie de ventajas sobre las empresas internacionales que violan este principio de equidad. De modo que, de llegar al arbitraje, México perderá y tendrá que indemnizar a los inversionistas. EL costo de esta indemnización supera los 20,000 millones de dólares.
Desde su llegada a la Secretaría de Economía, la maestra Buenrostro comenzó a despedir a los altos mandos sin consideración aparente de su experiencia y trayectoria en la dependencia. Tal fue el caso de la Dra. Luz María de la Mora. Esta se desempeñaba como subsecretaria de Comercio Exterior y, por ello, encabezó las negociaciones encaminadas a evitar llegar al arbitraje en cuanto a la queja por la reforma. La Dra. conoce las entrañas de la Secretaría de Economía desde la óptica de una economista con experiencia diplomática. De modo que era un elemento conocedor y con la habilidad necesaria para lograr el mejor resultado en las negociaciones al conocer las fortalezas y debilidades de nuestra posición.
La secretaria nombró, en lugar de la Dra. De la Mora, al Dr. Alejandro Encinas Nájera, hijo de Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos. Encinas es Dr. en Ciencias Sociales, no tiene experiencia en economía ni ha sido diplomático. Viene de la Secretaría del Trabajo, su experiencia en ella podría ser útil a la hora de ver los conflictos laborales surgidos del T-MEC. Pero los conflictos que habrán de ventilarse en el panel son de índole muy distinta, y tanto Estados Unidos como Canadá tienen la intención de hacer valer las reglas acordadas y los derechos y obligaciones contratados.
Para muestra, el viernes 15 de octubre el presidente dijo que Estados Unidos se iba a desistir de esta queja, y más tardó en decirlo que Estados Unidos en desmentirlo a través de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos.
Los que otean desde adentro los nuevos vientos en economía dicen que la posición de la secretaria girará en torno a que las políticas de México se gobiernan por las leyes internas y son parte de nuestra posición soberana. Esto tiene sentido en los problemas locales, pero en los asuntos internacionales acordados y firmados por la actual administración no se pueden cambiar las reglas a la mitad del partido.
El arbitraje así será adverso a nuestro país y el castigo a nuestra economía por indemnizaciones será por más de 400,000 millones de pesos. Si consideramos que el total del presupuesto para 2023 es de 7,088 miles de millones de pesos estamos hablando de un castigo de más del 5 por ciento del presupuesto para 2023.
Esto, cuando estamos en medio de una crisis fiscal, y ante el riesgo de un deslizamiento del valor del peso a causa del endurecimiento de las tasas de interés por parte de la Fed, como recientemente lo anunció la calificadora Moody’s Credit Ratings, recrudecería la crisis económica que se anuncia hasta proporciones difíciles de prever.
Ojalá que doña Raquel recapacite, aunque la ruta que recorre parece que la llevará a su nivel de incompetencia. Con ello habrá de demostrarse la infalibilidad del principio de Peter, y si la maestra fracasa en las negociaciones, los que habremos de pagar el pato, inmersos en una crisis económica de proporciones impredecibles, seremos los ciudadanos.
Checo Pérez llegó tercero en el Gran Premio de México. Su coequipero hizo el primero y él, por un lamentable retraso en los pits, no pudo pelear el segundo lugar. Sin embargo, su decorosísimo tercero lo pone en un lugar preponderante en el campeonato de pilotos de la F1.
Hay voluntad, hay talento, y la adversidad puede vencerse. ¡Vamos, México! N
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Salvador Casanova es historiador y físico. Su vida profesional abarca la docencia, los medios de comunicación y la televisión cultural. Es autor del libro La maravillosa historia del tiempo y sus circunstancias. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.
