Nicolás Szekasy, cofundador y socio general de Kaszek.
En América Latina, un territorio tan diverso y amplio, hay una sola constante: la incertidumbre. Así que para Nicolás Szekasy, cofundador y socio general de uno de los fondos de inversión de capital de riesgo más relevantes de la región, la falta de estabilidad no es un problema cuando se trata de hacer negocios. Sortear los vaivenes políticos y económicos, sin embargo, solo es posible con inspiración, honestidad, determinación y, sobre todo, un propósito.
Szekasy fundó Kaszek en 2011, junto con Hernan Kazah, pero su trayectoria en el mundo de la tecnología se remonta años atrás, circa 1999. En ese entonces, nacía una de las compañías de comercio electrónico más reconocidas y utilizadas por los latinos actualmente: Mercado Libre. En ese momento no era más que una empresa emergente, intentando incursionar en un mercado en el que apenas 2 o 3% de la población tenía acceso a internet.
Durante más de 10 años, Szekazy lideró la rama financiera de la compañía como director financiero (CFO). Fue en 2007, tras la oferta pública inicial (IPO) de Mercado Libre en Nasdaq, que empezó a planear su intención de ser un inversor, “porque tenía la convicción de que en esa siguiente etapa iba a poder tener más impacto”, cuenta. Los dos mil diez ya eran una época mucho más amigable para fundar compañías sin gran infraestructura o formación en ingeniería, y él estaba dispuesto a aprovechar ese auge en la industria.
Su portafolio incluye marcas inconfundibles como Bitso, 99 minutos, Credijusto, Gympass, JOKR, Kavak y, por supuesto, Nubank, la tecnología financiera (fintech) más grande de Latinoamérica y uno de los unicornios más valiosos del mundo. En una década, ha apoyado a 91 compañías, que según la firma han operado más de $10 mil millones de dólares en capital1. Desde soluciones de tecnología financiera hasta emprendimientos de energía renovable, Szekasy está convencido de que la tecnología tiene el potencial de resolver los grandes problemas que enfrentan día a día los latinoamericanos, gracias a que sus emprendedores tienen un nivel de resiliencia mucho mayor que los de otras latitudes.
“Existe una gran diferencia, y es que en países más desarrollados hay situaciones que están razonablemente bien resueltas, por lo que la tecnología puede generar solamente una mejora marginal respecto de la situación inicial. En cambio en América Latina puede ser una mejora material, sustancial, mucho más relevante”, afirma el Szekazy.
“Si uno vivía en Estados Unidos hace 20 años, en cualquier ciudad pequeña, seguramente tenía un Walmart o un equivalente a una distancia de 15 minutos en auto, y tenía ahí una provisión de todo lo que necesitaba a la mano. En cambio, si uno vivía en una pequeña ciudad en Brasil o en México, seguramente no tenía esa posibilidad”, argumenta. “Cuando los latinos tuvieron acceso a un inventario infinito al alcance de un clic, el salto fue mucho mayor.”
Este potencial caracteriza a cada uno de los emprendimientos en los que Kaszek y su equipo han decidido invertir. Nubank, el neobanco que lo catapultó a la lista Midas 2021 de la revista Forbes2, es otro claro ejemplo. “Todos los ciudadanos en países desarrollados tienen una cuenta bancaria, tienen acceso al crédito, tienen una tarjeta de crédito, una hipoteca. Un banco digital puede ser una mejor experiencia, pero no resuelve los problemas de la manera que lo hace Nubank en países en donde un porcentaje alto de la población no tiene acceso [a estos servicios]. Ahí genera inclusión, inserción, da posibilidades, oportunidades a sectores de la sociedad que no las tenían”.
El crecimiento del banco habla, por sí mismo, de que los mercados –brasileño, mexicano, y colombiano- están ávidos de nuevas soluciones que desafíen las condiciones impuestas por las instituciones financieras tradicionales. Nubank cerró el 2021 con aproximadamente 41 millones de usuarios, un aumento de cerca de siete millones de clientes respecto al año previo3. Hoy tiene más clientes que bancos como HSBC y BNP Paribas, que tienen más de un siglo en el mercado4. Estas son solo algunas cifras, pero el éxito general ha sido contundente.
Aun cuando la gente no suele tener altos niveles de educación financiera, muchas empresas emergentes de tecnología financiera están acercando los productos a los consumidores de una forma más sencilla e intuitiva. “Es muy exagerado pedirle a un equipo de tres emprendedores de 25 años de edad que pongan sobre sus hombros el rol de educar a una sociedad, pero sí lo pueden hacer a través de un producto; brindando una experiencia que sea completamente intuitiva, sencilla, fácil, transparente, y que se dirija a los segmentos correctos”, explica Szekasy.
Pero, aun con grandes sueños, no todos los emprendedores logran atraer la atención y el capital que necesitan.
1 de cada 200Desde que empezó hace una década, más de 20 mil compañías se han dirigido a Kaszek para hacerle una propuesta. Hasta hoy, solo han invertido en una centena. Esto quiere decir que han elegido a 1 de cada 200 compañías que han escuchado y analizado. ¿Qué tiene esa compañía que no tengan las otras 199?
“Lo que buscamos principalmente es un equipo emprendedor que sea absolutamente excepcional, que por un lado tenga una visión ambiciosa, concreta y clara de lo que quieren hacer, y que lo puedan articular de una manera que sea atractiva. Que nos transmitan su pasión. La otra mitad de la ecuación es que demuestren que tienen la capacidad de ejecutar esa visión”, responde.
La intuición también entra en juego en el proceso, ya que apostarle a un proyecto implicará proximidad y cercanía con el equipo, además de dedicarle tiempo, energía y recursos para maximizar las posibilidades de éxito. Los emprendedores están “en el asiento del conductor”, afirma Szekasy. No solo se trata de dinero; la firma tiene equipos de soporte en temas de tecnología, producto, marketing, distribución y talento, que están al servicio de los emprendedores en todo momento.
El capital de riesgo se trata de tender puentes. De pasar de los recién graduados de la universidad en un garaje, con gran capacidad y visión, a darles capital y experiencia, estar cerca de ellos para que construyan el producto, lo lancen, lo distribuyan y amplíen su penetración en el mercado. Así describe su propósito el economista, empresario, y hoy inversor.
¿Cuál es su consejo para los emprendedores? Que identifiquen una oportunidad con la cual se sientan conectados. Van a dedicar muchos años, posiblemente toda su vida, a una compañía, así que deben identificar algo que les produzca pasión. Habrá muchas noches de desvelo, y muchos días o semanas muy difíciles, así que es fundamental hacerlo con algo que les apasione.
En las compañías más exitosas, reflexiona Nicolás, se cumple a la perfección este axioma: un equipo se encontró con un problema que los afectaba a ellos o a ellas mismas, tenían algo que era un dolor de cabeza, o que era una pasión, y la resolución de ese problema se convirtió en su emprendimiento.
En la esfera digital también hay una preocupación por la preservación del planeta. Kaszek lo sabe bien: en años recientes ha invertido en tecnologías, por ejemplo, de eliminación de carbono a través de la reforestación, que es redituable a partir de la generación de créditos de carbono. Están los productos a base de plantas, que comienzan poco a poco a llenar las estanterías de los supermercados en todo el mundo, e incluso tecnologías para la generación de energías renovables accesible para pequeñas y medianas empresas.
“Este es uno de nuestros criterios de negocio: la pregunta ‘cuando veamos los resultados en 5 o 10 años, ¿vamos a estar orgullosos de su impacto positivo en el mundo?’ permea en cada charla. A veces nos encontramos con oportunidades de negocio que pueden ser muy buenas en lo financiero pero que no cumplen con ese requisito, y simplemente no invertimos”, sentencia el inversor de capital de riesgo argentino.
Esto es lo que encuentra verdaderamente apasionante de su trabajo. “Es un proceso infinito de aprendizaje tener la posibilidad de conversar todos los días con emprendedores que tienen ambición y creatividad y que nos comparten sus sueños, Además nos cargamos de la energía positiva de gente que realmente tiene un sueño de causar un impacto, en el algunos casos hasta de cambiar el mundo.”
