“LA FBI tiene una larga memoria y un amplio alcance. En 6 días, hemos abierto más de 160 archivos de casos y eso es solo la punta del iceberg. Incluso si se fueron de Washington, los agentes de nuestras oficinas locales llamarán a su puerta si descubrimos que eran parte de la actividad criminal en el Capitolio”, dijo Steve D’Antuono, funcionario de la dependencia durante una conferencia donde se dio a conocer la actualización sobre los cargos relacionados con el motín de la semana pasada en Washington.
En la primera actualización pública sobre la investigación federal D’Antuono dijo que todavía se está investigando el tema de las bombas de tubo que se encontraron alrededor del capitolio.
También están investigando otras pistas y ángulos, incluidos los supuestos planes de los alborotadores para tomar rehenes en el recinto, así como cargos de sedición y conspiración.
En tanto, el Departamento de Justicia, que también participó en la conferencia, dijo que se espera “cientos” de inculpados por ataque al congreso.
Por ahora se ha apuntado a más de un centenar de personas por una gama “alucinante” de crímenes relacionados con el violento asedio al Capitolio, dijo Michael Sherwin, fiscal federal adjunto en funciones en Washington.
Steve D’Antuono prometió “no dejar piedra sin remover”, también dijo: “La brutalidad que el pueblo estadounidense observó con asombro e incredulidad el día 6 no será tolerada por la FBI”.
Agregó que ya hay varios delitos imputados tales como: robo de correo, robo de dispositivos digitales dentro del Capitolio, asalto a oficiales locales, robo de información potencial de seguridad/defensa nacional para delito de homicidio e incluso derechos civiles.
La FBI ha recibido 100,000 videos e imágenes de los hechos violentos, mientras que el fiscal Michael Sherwin dijo que ya se han recibido 70 casos y espera que aumenten a cientos.
Este martes, el diario The Washington Post publicó que un informe de la FBI alertó un día antes del asalto al Capitolio por parte de un grupo de extremistas que estaban dispuestos a lanzar una “guerra” en Washington y cometer violencia contra el Congreso.
La ola de violencia perpetrada dentro y fuera del Capitolio fue desatada por seguidores de Donald Trump y dejó cinco muertos y varios heridos. N
