
De Tin Marín, de Do Pingüé, Cúcara Mácara títere fue; yo no fui, fue Teté, pégale, pégale que alguien fue… La empresa estrella del Estado, Pemex, ha estado por muchos años así en este juego, y hoy en día, ante un mercado abierto en México derivado de la reforma energética, debe definir su rumbo a largo plazo, pero no en función de lo que cada administración decida en cada periodo, sino con base en lo que la nación necesita para poder cubrir sus necesidades energéticas.
Pero ello de nada sirve si no analizamos primeramente el negocio de los hidrocarburos. Debe haber crudo o gas en la superficie, lo cual solo puede ser logrado con dinero de inversión pública o privada. Sin estas variables podemos hacer miles de hojas en planes o ideas que, al final, en la operación muchas de las veces no se alcanzarán ante la falta de dinero.
El análisis siguiente deriva de información de Petróleos Mexicanos, la Secretaría de Energía, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y análisis propios en las proyecciones, las cuales pueden verse en los cuadros rojo y naranja de la gráfica que acompañan este artículo.
Ahora bien:
∞ Para poder mandar crudo a refinar o exportar necesitamos tener producción en superficie.
∞ Para poder cubrir la demanda de combustibles debemos de tener crudo suficiente y adecuado en la mezcla de entrada.
Pero todo lo anterior no se puede realizar sin tener la inversión requerida para llegar a la meta. Y, en el caso de no tenerla, se deben buscar socios en igualdad en el negocio en función de la aportación de cada parte.
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.