
Parece que una de las resoluciones de año nuevo más comunes es la de bajar de peso luego de todos los excesos de diciembre y principios de enero.
Después de la última rebanada de rosca de reyes y negociar los tamales de febrero, nos queda ese sobrepeso que no queremos volver a ver (y no ayuda saber que la primavera ya no nos dejará usar suéteres grandes que oculten todo lo comido en invierno).
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicó recientemente que este propósito es algo común pero en Latinoamérica la obesidad se ha vuelto una “pandemia que ha alcanzado dimensiones colosales”, pues hay 1,900 millones personas con sobrepeso en el mundo y 650 millones ya son consideradas como obesas.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde 1975 la obesidad se ha triplicado en el mundo, y ha aumentado también en los menores, la causa: alimentos que contienen un alto contenido calórico, y que se han normalizado en los hogares. Éstos provocan que las personas tengan más grasa corporal, causando enfermedades, trastornos, diabetes, enfermedades que inclusive pueden terminar en discapacidad o hasta una muerte prematura.
Ante esto, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) indicó en un informe que “uno de cada dos adultos sufren de sobrepeso y uno de cada seis son obesos”.
Estados Unidos y México ocupan los primeros lugares de obesidad, los sitios donde las personas son más delgadas en el mundo son Corea y Japón, pero el aumento se ha ido generalizando poco a poco.
Raquel Pérez de León García, maestra en nutrición deportiva, aseveró que la idea de bajar de peso a principio de año aumenta de manera muy notoria en su consultorio, ya que desde diciembre muchos de sus pacientes ya no quieren ni ir a pesarse.
Esta es de las metas más comunes, señaló, pero el verdadero el tema es que lo logren y se mantengan en un peso ideal, porque mucha gente lo que quiere son cosas fáciles y sin esfuerzo: quieren bajar hasta 10 kilogramos en un mes, ya que muchas veces a la gente le llama la atención, aunque no necesariamente sea lo más saludable.
Pérez de León pidió tener cuidado con las “dietas milagrosas”, las cuales proponen cambios muy rápidos en poco tiempo y dietas que generalmente quitan un grupo completo de alimentos o esta compuesta por alimentos con bajas en calorías y en los peores casos el uso de pastillas, lo que termina alterando tu metabolismo.
“Esas dietas nunca son buenas. Hay que cambiar los hábitos y esforzarnos echarle ganas. El cuerpo baja de peso medio kilo o hasta un kilo por semana de manera saludable, porque cuando comes muy poco para llegar a un peso y vuelves comer de manera normal, hay un rebote”, añadió.
Algunos tips recomendados por la experta en nutrición:
(Con información del BID, OMS y OCDE).